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domingo, 29 de marzo de 2015

Diario de viaje: Granada I

La patria de Federico



"Todo el día ha llovido y ha chapoteado la lluvia en maíces y cristales. El Otoño ha llegado. Ya la población está animadísima. La universidad abre sus puertas. La Alhambra y los jardines están en su justo punto poético.
(...) Claro que el invierno es su mejor vestido"
Federico García Lorca, 1928


En este cuadernito que tiene en la tapa esta carta de Federico armé mi diario de viaje de Andalucía, y en las próximas entradas lo iré compartiendo para contagiar la pasión y la ilusión por visitar estos hermosos lugares que quise conocer desde chica.

Hoy empezamos con Granada:

Si hay un lugar hermoso para alojarse en Granada, ése es el barrio del Albaycín. Nosotros nos quedamos tres días en un hotel frente al río Darro, llamado el Zaguán del Darro, una casona antigua del siglo XVI, muy sencilla, sin desayuno incluído, pero con una ventana al río, a los puentes y la vista de la Alhambra. ¡Una belleza!


La primera mañana nos levantamos bastante temprano para sacar entradas para la Alhambra, nos habían asustado, pero comprobamos que en invierno todo es más fácil, no tuvimos que hacer cola y a las 10 ya estábamos paseando por el monumental recinto de uno de los lugares más hermosos del mundo entero.



Para llegar a la Alhambra desde el Albaycín, subimos por una cuesta empinada en medio de un parque precioso. Luego, una vez adentro, fuimos atravesando hermosos jardines hasta llegar a los Palacios Nazaríes, que son la atracción principal del complejo de la Alhambra. Para ello dan un horario. En nuestro caso el horario de entrada era a las 10, 30 horas, por lo tanto primero conocimos la Alcazaba desde donde se pueden apreciar algunas de las vistas más lindas de Granada.









Los Palacios Nazaríes están conformados por tres palacios: el Palacio del Mexuar, el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones, los tres construídos en distintas etapas del siglo XIV.
















Todo aquí es una delicadeza y de una belleza que quitan el aliento.
El agua como protagonista en cada patio y la geometría exquisita en cada diseño de los azulejos y las filigranas talladas en estuco y madera nos dejan aleladas ante la incomprensión de lo absoluto.

Tengo la sensación de que ninguna fotografía capta lo que vemos con nuestros ojos en este lugar, sobre todo los colores, las sombras, las texturas. 





Las arcadas, las columnas y las cúpulas con los leves tonos azulados que se pierden hasta el infinito conforman una de las arquitecturas más perfectas y deslumbrantes que vi en mi vida.






Dentro de la Alhambra, también están los edificios construidos por los reyes españoles después que los Reyes Católicos  se establecieron allí entre 1492 y 1516.
Se destaca el Palacio de Carlos V, un suntuoso edificio renacentista construido en torno a un patio circular.
Hoy alberga una colección de arte muy interesante en el Museo de Bellas Artes de Granada, con exposiciones temporales muy bien armadas como la del cantante flamenco Morente que nos gustó mucho.





Por último recorrimos el Generalife, con sus jardines preciosos. Construido como lugar de recreo para los reyes, realmente la visita de este lugar es el broche de oro.















El recorrido total de la Alhambra nos llevó unas cuatro deliciosas horas, de un maravilloso día de sol tibio de invierno.



lunes, 16 de marzo de 2015

Estás igual, de Gabriela Izcovich


Otra vez Gabriela Izcovich nos deleita con una obra intimista e inteligente. Si en el 2014 nos emocionó con Alma teatral, este año nos hace reír y reflexionar con una comedia dramática que gira en torno a los vínculos de pareja pero, sobre todo, tiene como eje el paso inexorable del tiempo.


La comedia empieza in media res. Silvia (Gabriela Izcovich) se ha encontrado después de 10 años  con Camilo  (Fabián Arenillas), quien fuera su pareja por muchos años. El encuentro no resulta para nada tranquilizador, continuamente la mente de los dos, sobre toda la de ella, intenta trazar los paralelismos, simetrías y oposiciones entre el pasado y el presente. Mejor dicho, el pasado se superpone sobre el presente, contamina la realidad de Silvia y desestabiliza la precaria estabilidad que ambos supieron conseguir.


Con diálogos afilados e irónicos, con una escenografía minimalista que le aporta mucho dinamismo a la obra, con una iluminación que permite ese paso constante de una realidad a otra, vamos acompañando a los personajes de aquí para allá: de la casa de Camilo a la casa de Silvia, del diván del psicólogo a la Quiaca... pero sobretodo, asistimos a ese ir y venir anímico, a esa montaña rusa de sensaciones en la que siempre predomina el miedo al vacío y el vacío en sí mismo.

El oficio teatral de estos dos grandes de las tablas, sumada a esa alquimia que trasuntan da por resultado un espectáculo muy disfrutable, compacto, coherente.

Si la Izcovich nos conquista una vez más por su energía explosiva, con esta Silvia es agua con gas, agua en movimiento; Fabián Arenillas nos sorprende con su galería de personajes: él es Camilo; pero también es Gerardo, la actual pareja de Silvia; es el médico de Gerardo y es el psicólogo de Silvia. Todos esos hombres que rodean a Silvia tienen el mismo rostro de la obsesión que la acompaña. Porque quizás, como piensa Gerardo, encontrarse a Camilo no haya sido fruto de la casualidad sino de la obsesión.



"Estás igual", frase que intenta ser un halago para los que ya pasamos la barrera de los 50, va perdiendo esa connotación patéticamente positiva. Porque todos sabemos que el tiempo huye y va dejando sus marcas en nuestro cuerpo perecedero, pero sabemos también que quien nos dice que uno está igual después de tantos años niega la evolución, o simplemente constata que en algunas personas, como Silvia o como Camilo, "estar igual" implica estar presos de los mismos defectos, las mismas inseguridades, el mismo yo estático que es como una prisión de la cual es imposible escapar.
Algo tan difícil como aceptar que el exprimidor que creíamos indesductrible se rompió y no tiene arreglo y aunque nos regalen uno nuevo tiene fecha de vencimiento.



Guión y Dirección: Gabriela Izcovich

Actores: Fabián Arenillas y Gabriela Izcovich

Producción ejecutiva y Asistencia de dirección: Marco Riccobene

Escenografía: Alicia Leloutre

Música: Lucas Fridman

Iluminación: Ricardo Sica

Fotografía: Marco Riccobene


Teatro: NoAvestruz - Humboldt 1857. Palermo.

Funciones: Domingos a las 19hs.

Entrada: $120 (estudiantes y jubilados $100)

Reservas: 4777-6956 ó por mail a reservas@noavestruz.com.ar

lunes, 2 de marzo de 2015

Cumpleaños


El cumpleaños es una raya en el calendario de la vida, una marca en esa ruta hacia al futuro que desconocemos.

Otro 3 de marzo amanece y los espejos me devuelven una imagen parecida al recuerdo que tengo de mis tías o de mi papá (mi mamá murió mucho más joven, yo ya soy mucho mayor que la última imagen  que tengo de ella).

Sin embargo hoy a mis 57, sin bonete ni fiestita con regalos, cada vez me parezco más a esta nena.

                                           

Y me pregunto, ¿quién habrá tomado esta foto? ¿por qué la habrá guardado?
Es una foto grande, en blanco y negro... fallida, según mi concepto de encuadre y buena fotografía. Pienso que sin dudas yo la habría tirado y sin embargo, hoy me dice tanto de mí: las mismas piernas un poco juntas, la cadenita y la medallita que se perdió en alguna parte, los zapatitos blancos, mi sombra en la pared, como un halo. Yo con los ojos cerrados y mi prima atrás mirando a la cámara llorando. En el anverso, un numerito en lápiz: 4. 
¿Esa soy yo a los cuatro años? Quizás sí, porque al lado de la cama de mis padres, con ese acolchado de raso, asoma la cuna blanca de mi hermanita. ¿O quizás era mi propia cuna y este es el cumpleaños número 3 o quizás 2 ( siempre fui bastante alta)? Ya no queda en la tierra quien tenga esta respuesta.

Hoy ya tengo la edad para jubilarme, y eso me escandaliza. Para alguien que trabaja en lo que ama desde los 23 años es difícil imaginar la vida sin el aula. 
Sin embargo, me decida o no a iniciar los trámites de la jubilación, esta edad me recuerda que voy entrando en los mejores años de mi vida, y ya no tengo demasiado tiempo para distracciones.

Me siento liviana y eso se parece bastante a la felicidad. Será porque de a poquito me voy liberando de las cargas y las preocupaciones: mis hijos están grandes e independientes; mi trabajo cada día fluye con más serenidad, como un arroyo cuando va llegando al mar. Mi cuerpo es el que es, irremediablemente, lo acepto y lo quiero. Mis ojos, que he forzado tanto, me piden verde desesperadamente cuando los someto a tantas páginas blancas.

Soy una nena de los 60, una adolescente de los 70, una joven de los 80... Una afortunada testigo de cambios importantísimos en la historia. Pero sobre todo soy una mujer madura que mira hacia atrás agradecida por cada rosa y cada cardo que fueron dando sentido a esta trama.

Nací un 3 de marzo de 1958, en el hospital de Quilmes, la hora no figura en mi partida de nacimiento y ya no tengo a quién preguntársela. Por eso, nunca podrán hacerme una carta natal. Quizás mejor, ¿qué pueden decirme los astros que yo no haya ido descubriendo de mí misma?




Y lo mejor que me pasó en la vida también está relacionado con esta fecha. Ya hace treinta años que me crucé con mi alma gemela en un barcito de La Paloma y nunca más me separé de él. ¡Un pisciano del 3 de marzo!

A la gente le sorprende que él también cumpla el 3 de marzo, a mí no. Nos recuerda que la vida juntos es una fiesta. ¡Feliz cumpleaños, mi amor!




domingo, 1 de marzo de 2015

Borges: un destino sudamericano

El sur: mi cuento favorito de Jorge Luis Borges

"Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres."