martes, 6 de septiembre de 2016

e l n o m b r e d e l a l u n a de María Emilia Franchignoni, con Manuela Fernández Vivian

Ella, la niña encerrada en su cuarto de estrellas...



Se narra a sí misma, trata de entender.


Imprime estrellas y planetas de mentira sobre las blancas paredes de su cuarto-celda, cuarto-refugio y cárcel a la vez.



Su mirada interior, como la lente de la cámara, recorre cada milímetro de su alma y de su cuerpo. Con interés científico contrapone esa imagen de sí misma con la niña mala, inadecuada e incómoda que su madre ha proyectado sobre ella en todos los años de crianza.

Ella no encaja con lo esperado y aprendido en los manuales estudiados por su madre para formar una chica de su casa, una chica de bien, que tome la primera comunión y aprenda que el pecado viene de su cuerpo para desde chica ir gestando la culpa que la acompañará toda su vida.


Ella está sola y confundida. Ella solo quiere un poco de amor real.


Ella se asusta de los cambios de su cuerpo, nadie le explicó nunca que crecer duele. Su madre se olvidó de alimentarla con abrazos-escudos, entonces teme salir al mundo a enfrentarse con el rechazo, la crítica y el desamor.


A ella las lágrimas se le van volviendo piedras, piedras de rabia difíciles de tragar.


"Son cosas de chicos" dicen los adultos, pero a ella la primera desilusión de amor, la indiferencia de su mejor amiga, la soledad de su casa le resultan insoportables.


Ella es la guerrera cósmica de una batalla perdida. Su traje de luces y su capucha astral no pueden defenderla del lobo que la va devorando por dentro.


Ella tiene la música fuerte para poder soñar, y así deja de mirarse para entenderse. Es mejor quedarse en la más completa inactividad.


Ella, niña-puber-mujer, es Manuela Fernández Vivian. La talentosísima actriz le pone el cuerpo y la voz a un texto con muchos dobleces y voces. Sus perfectos movimientos, los matices de su voz y sus intenciones, su mirada tienen una poderosísima sugestión, nos sumergen en un aquí y ahora que es también pasado que no permitirá el futuro.


La exquisita escenografía, el juego de luces y sobre todo la maravillosa puesta en escena que juega con el video en vivo y el teatro con muñequitos de Playmobil exigen al espectador un gran desafío sensorial. Cada uno verá una obra distinta según enfoque su atención en la imagen real o en la virtual. Casi, casi como en la vida misma.

Una obra para salir pensando en la educación de la mujer, pero también en lo solitaria  y vulnerable que es siempre la infancia. Desconfíen de las estrellitas del afiche y del romanticismo del título. Vayan con los ojos bien abiertos a espiar la realidad.

No se pierdan esta preciosura, va todos los sábados a las 21 hs. en la hermosa sala del Teatro del Abasto.


Teatro del Abasto | Humahuaca 3549 | CABA | Tel. 4865-0014
Entrada general $160. Descuento para estudiantes y jubilados
Entradas por Alternativa teatral o en la boletería del teatro
Facebook: @elnombredelaluna
Duración: 50 minutos


Dramaturgia: María Emilia Franchignoni

Actuación: Manuela Fernández Vivian
Escenografía: Noelia González Svoboda
Asistencia Escenografía: Lucía Garramuño
Vestuario: Magda Banach
Multimedia: Matías Fabro
Iluminación: Claudio Del Bianco
Asistencia iluminación: Facundo David
Video: Manuela Fernández Vivian,
María Emilia Franchignoni
Asesoramiento Video: Matías Fabro
Diseño Gráfico: Sergio Calvo
Fotografía: Celeste Mandrut
Prensa: Marisol Cambre
Producción: Fabio Petrucci
Asistencia de dirección: Nadia Pereyra

Dirección: María Emilia Franchignoni

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