martes, 13 de septiembre de 2016

El ciudadano ilustre, Gastón Duprat y Mariano Cohn

De lo autobiográfico en la literatura y otras yerbas (bien autóctonas)

Otra vez, como en la impecable película El hombre de al lado, la imbatible dupla de Gastón Duprat y Mariano Cohn logra un producto argentino hasta la médula y a la vez profundamente universal.


El ciudadano ilustre, protagonizada por Oscar Martínez, Dady Brieva y Andrea Frigerio, juega con los límites imprecisos entre realidad y ficción tan apasionantes, sobre todo, en la vida-obra de los narradores famosos.





Para ello, estos niños traviesos del cine argentino llevan la apuesta a fondo, y con el respaldo de la editorial Penguin Random House, lanzaron la novela "El ciudadano ilustre" de Daniel Mantovani, escrita por un escritor fantasma. Así se culmina en la realidad el juego de paralelismos y simetrías tan impactante que propone la película.



Todo en el filme es de una exquisitez poco común: la fotografía, las actuaciones y el perfecto guión.

La cámara se posa con deleite sobre las casas, los paisajes y las caras del pueblo de Salas como la mirada del protagonista, que coteja su recuerdo de las cosas con las cosas. Ese pequeño idilio del reencuentro irá virando lentamente a lo amenazante y pesadillesco con una maestría en el manejo del clima y el suspenso increíbles. Así de tierna, kistch, grotesca e hipócrita puede llegar a ser la vida en un pequeño pueblo bonaerense como Salas (que existe de verdad cerca de Lincoln, y que tiene menos de 400 habitantes).

A mí me encantó sobretodo la puesta en crisis de dilemas eternos como lo comopolita vs. lo nacional; lo autobiográfico como ficción de la narración de la propia vida; la fuerza del pasado en el presente; lo público y lo privado.

Pero sobretodo me impacta la agudeza con la que es tratada la poca validez de los premios, ya sea el Nobel o el premio pueblerino de la sociedad de fomento de Salas. Ambas situaciones descubren el entramado de compromisos, egos y arbitrariedades con las que se deciden los galardones que mueven el mundo de la cultura.

Más que merecido tiene Oscar Martínez el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Venecia 2016. En esta película el actor pasa por todos los climas y matices, un gran papel creado a la medida de su physique du rol y gran talento actoral.



Y no permitan que les cuenten nada, nada. Vayan al cine sabiendo lo mínimo posible del argumento porque así disfrutarán muchísimo del suspenso y de la vueltas de tuerca de uno de los mejores guiones del cine argentino.

No se la pierdan por nada del mundo. Y aprovechen que la están dando en todos los cines.

2 comentarios:

  1. Hola, Lili. Coincido en tu apreciación general, si bien esta película me pareció mucho menos lograda que "El artista" y "El hombre de al lado". Así y todo, el sello Cohn-Duprat es único en el cine argentino, y eso es para celebrar. ¡Abrazo!

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  2. No sé, son películas distintas, pero a la vez muy coherentes entre sí porque están unidas por una preocupación acerca del arte y la vida. A mí estas tres películas me parecen gigantes. Será porque además abordan los temas que me apasionan a mí desde una mirada y un tono con el que me identifico mucho.
    Gracias, Caro, por pasar. Un abrazo grande.

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