(Viendo un álbum de fotos)
Anne: Es hermosa.
Georges: ¿Qué cosa?
Anne: La vida… tan larga. La larga… vida.
Hay películas bellas, otras entretenidas, las hay tristes, intrascendentes... otras son necesarias como "Amour" la última película de Michael Haneke. Con el título, así en francés, la lengua del amor.
Nadie nos prepara en este mundo para la enfermedad, la vejez y la muerte. Nuestro cuerpo, "fatalmente imperfecto y perecedero, viscoso y orgánico"* tiene fecha de vencimiento. El sufrimiento tampoco tiene buena prensa en este mundo de relaciones basadas en la imagen, en la búsqueda del placer instantáneo.
Haneke nos propone una historia revulsiva, revolucionaria: un hombre y una mujer, que han llegado juntos al ocaso de la vida, felices en ese orden cotidiano hecho de costumbres y hábitos compartidos, de gustos, de charlas, de confianza. Han estado toda la vida juntos, sin embargo tienen muchas historias nuevas que contarse, historias de la infancia, sobretodo. Dicen que cuando nos volvemos viejos aparecen con una nitidez impresionante.
A ellos les gusta estar juntos. Se nota. En la belleza de los objetos que fueron juntando en toda una vida, en la manera en que se miran, en el placer que encuentran en estar codo a codo en la platea de un teatro, en los asientos dobles de un ómnibus, en su cama matrimonial mullida y confortable. Son una pareja, un par que anula la soledad.
A ellos les gusta estar juntos. Se nota. En la belleza de los objetos que fueron juntando en toda una vida, en la manera en que se miran, en el placer que encuentran en estar codo a codo en la platea de un teatro, en los asientos dobles de un ómnibus, en su cama matrimonial mullida y confortable. Son una pareja, un par que anula la soledad.
Su hija, los porteros del edificio, el ex-alumno de Anne que va a visitarlos, son figuras vicarias de nosotros, los espectadores que estamos enternecidos y admirados de ese amor, un amor posible, real, un amor que ha resistido el paso del tiempo. Un amor que se construye con la aceptación de todo lo que es el otro: lo amable y lo monstruoso. Ellos como nosotros, entran en la casa y también están incómodos, shockeados, "preocupados" por la degradación inevitable cuando entra traicionera la enfermedad. George, no puede pensar en esa "preocupación" que agradece amablemente, porque de golpe su vida organizada y cómoda se desmorona y él debe estar muy concentrado y resistir.
¿Por qué nos traspasa esta historia? ¿A qué nos enfrenta con tanta fuerza?
Como siempre en este blog hablaré de mis razones. Pienso que la elección de los actores tiene una fuerza crucial.
Como siempre en este blog hablaré de mis razones. Pienso que la elección de los actores tiene una fuerza crucial.
Ella, Emmanuelle Riva, la heroína de Hiroshima mon amour (1959) de Alain Resnais, que hoy en el día de la entrega de los Oscars, cuando quizás reciba el premio a la mejor actriz, cumplirá 86 años después de décadas de no ser convocada para ninguna película.
Él, Jean Louis Trintignan , el protagonista de Un hombre y una mujer (1966) de Claude Lelouche. Con 83 y casi 20 años fuera de la industria del cine.
Dos películas emblemáticas de la nouvelle vague... Dos películas sobre el amor joven, la pasión efímera, el sufrimiento y el gozo del amor.
Dos actores bellos, enormes, en un papel soñado para actores de su edad.
Verlos en las primeras escenas nos produce el mismo efecto que ver las fotos de casamiento de nuestros padres ancianos. Superponer esos rostros a los que recordamos de los fotogramas de viejas películas, y reconocerlos y amarlos.
Amour , como Hiroshima, mon amour, también habla de una guerra, sólo que no tiene rostro ni nacionalidad y se ha instalado en el ser amado.
Amour, también habla de un hombre y una mujer que se eligieron en esta vida, en esta hermosa vida para amarse. Y que bailarán juntos, hasta el final.
Amour, también habla de un hombre y una mujer que se eligieron en esta vida, en esta hermosa vida para amarse. Y que bailarán juntos, hasta el final.
*Paula Sibila, "El hombre postorgánico", Fondo de Cultura Económica
Después de ver la película, sólo después, eh... no se pierdan el exquisito análisis de Y nadie encontró el laberinto sobre esta película bella, cruel e inclasificable.