Qhapaq Ñan, desandando el camino con Gustavo Santaolalla, es una serie documental compuesta por cuatro programas, que nos permite ir tras las huellas de la herencia cultural que nos dejaron los Incas a través de una experiencia audiovisual única.
El trabajo desde la Argentina fue impulsado por el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación en colaboración con los otros cinco países miembros y acompañado por el Ministerio de Turismo de la Nación en lo referente al Plan de uso público de nuestro país.
Con producción del propio Gustavo Santaolalla, la dirección de Andrés Nicolás Cuervo y el apoyo del Consejo Federal de Turismo junto al Ministerio de Turismo de la Nación, la serie nos invita a recorrer las siete provincias que lo componen (Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy), concluyendo en el vecino país de Bolivia para sumergirnos en el legado histórico que dejaron las antiguas civilizaciones de nuestro continente.
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Como en
la década del 80, cuando produjo el épico proyecto De Ushuaia a La Quiaca, junto a León Gieco, Gustavo Santaolalla se
puso andar, está vez, recorriendo el largo Camino del Inca o Qhapaq Ñan.
Desandando el camino es un programa documental recién estrenado
en la TV Pública y el Canal Encuentro. Lo encontré de casualidad haciendo
zapping un sábado a la tarde y me llenó de emoción.
El programa
se enfoca en el tramo de las provincias argentinas del Camino del Inca, es el
propio Santaolalla el que “desanda” el camino, entre esas montañas imponentes, esas
piedras eternas, esos cielos eternos…
En cada
lugar por el que pasa se contacta con la gente del lugar de un modo sensible y
poético. Lo grande y lo microcóspico se entrelazan. Santaolalla logra captar la
voz y el color de la Pachamama y nos invita a la contemplación. No busca el
pintoresquismo ni la recomendación turística. Sino que con una fotografía
artística deslumbrante y una banda sonora, que es el sello del artista, nos
sumerge en esta parte de la Argentina que amo tanto, las provincias andinas, de
Mendoza a La Quiaca, recorriendo los lugares por donde pasaban los chasquis,
ese camino declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Pero
sin duda, como dice mi amiga Betina, lo más bello es contemplar el paisaje
humano. Ese encuentro con los pueblos originarios: huarpes, diaguitas, collas o
quilmes. “Gente con una dimensión y una percepción del
tiempo y del espacio muy distintas a la nuestra y también con una relación
diferente con la naturaleza, con la Pachamama, que es nuestra casa aunque la
tengamos bastante olvidada. Desafortunadamente, ya estamos pagando las
consecuencias de ese olvido”, comenta el músico en un reportaje.
Las
comidas humeantes, los telares coloridos, las ruinas Quilmes, una coplera
tocando la caja en el medio de la montaña, los cactus como centinelas
silenciosos, las llamas y vicuñas, los diminutos escarabajos, toda esa belleza
va siendo capatada por una cámara inquieta que nos sorprende con su vuelo de
cóndor o con su mirada al ras de la tierra.
Una pluma
negra de cóndor es el símbolo que va llevando Santaolalla para que cada una de
las hermosas personas que va conociendo en el camino anude su nudo de hilo rojo
como la sangre de los antepasados incas que corren por sus venas. Así es el
compromiso de estos hermanos, conscientes del valor cultural incalculable
que resguardan con su heroica perseverancia que resiste los embates del sol,
del viento y de la soledad.
No se
pierdan Qhapaq Ñan. Imágenes y música que nos llenan el
alma.
Próximas
emisiones en Encuentro, ver aquí
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