Si Venecia ya es de por sí laberíntica y misteriosa, de noche se vuelve mucho más enigmática.
Las máscaras salen con sus faroles y sus trajes fastuosos, y el lugar obligado es la Plaza San Marcos.
Después de cinco días tratando de comprender cómo es el carnaval, y gracias a Alvise el joven conserje de la posada al que le gusta darnos charla cuando regresamos de la cena, pude deducir lo siguiente:
- Hay tantas, tantas tiendas que venden máscaras en Venecia porque los cientos de miles de visitantes por lo menos se compra una para sacarse una foto o pasear.
- Hay tanta cantidad de franceses porque seguro les encanta jugar a vestirse con la ropa de María Antonieta.
- El equivalente del "me gusta" de Facebook para las máscaras es que las paren por la calle para sacarles fotos.
- En general, el carnaval en Venecia es silencioso, salvo cuando aparecen en algún puente o plaza músicos callejeros. Nosotros vimos dos grupos muy lindos: uno jazzero y otro de percusión y también virtuosos del violín o de la la lira.
- Hay espectáculos en algunos barrios pero por los atentados este año se prefirió evitar las concentraciones (eso nos explicó Alvise).
- Los enmascarados se reúnen a tomar una copa en la céntrica confitería Florine en la Plaza San Marcos o en cualquier restaurante.
Aquí van las increíbles fotos que pude sacar sin flash con mi camarita Lumix:
"Después de cinco días tratando de comprender cómo es el carnaval..." Evidentemente, parte de su encanto es que sea así de misterioso e inasible...
ResponderEliminarEs cierto, las imágenes nocturnas lo vuelven más fascinante, la belleza se vuelve inquietante. Me impresiona la calidad de los atuendos, no parecen disfraces (que, por muy buenos que sean siempre suenan a un "como si").
Debe ser muy extraño estar ahí, como pasear por un sueño.