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domingo, 30 de julio de 2017

Diario de viaje: Colonia Pellegrini, Corrientes I

Portal a los Esteros del Iberá, maravilla del mundo


A Sophie Cook, que me contagió su pasión por los esteros.


Desde siempre quise conocer los Esteros del Iberá y estas vacaciones de invierno me atreví a viajar al paraíso. 

Lo hicimos tal como me lo recomendó una lugareña, a la que quiero mucho, que viaja asiduamente a Buenos Aires: Flecha Bus cama premium (sale de Retiro a las 21 hs y llega a Mercedes-Corrientes a las 6 de la mañana), y desde Mercedes contratamos una camioneta, pero también salen combies desde la terminal de Mercedes.
El camino, la mayor parte de ripio, se hace en unas dos horas y media. Les prometo que el viaje no se siente. Uno llega a la mañana temprano descansado y con energía para disfrutar todo ese día.

En Colonia Pellegrini, un pueblo de campo con calles de arena, uno se siente en medio de la naturaleza. Quizás ayude un poco que no haya conexión para los celulares que no tengan Claro y no haya nada de Wifi. La cuestión es que enseguida vienen las ganas de quedarse mirando los pececitos debajo del muelle, oír el canto de los pájaros, salir a caminar por las calles desiertas o leer debajo de los árboles.

Nosotros nos alojamos en una de las posadas que están a la entrada del pueblo, en el borde mismo de la Laguna Iberá. La Casa Santa Ana, con su construcción típica del lugar, fue el espacio ideal para pasar cuatro días de total descanso y contemplación de la naturaleza. También para sentirnos cómodos como en casa, por la cálida atención, por la comida casera de Alejandra, por cada detalle simple y amable de Lili, por los paseos en lancha con Rolo. Esa cordialidad se contagió en la interacción con los otros huéspedes, con los que se comparten las expediciones, las sobremesas, las charlas tranquilas.

La mayoría de estas posadas o lodges de Colonia Pellegrini ofrecen pensión completa y excursiones incluidas. Considero que es la mejor opción: nada de qué preocuparse, comida sana, el mejor guía para hacer paseos en lancha por la laguna, el arroyo Miriñay, safaris nocturnos, cabalgatas, y recorridos por  los senderos del precioso centro de interpretación de la flora y la fauna.

También es muy recomendable el camping municipal, un ejemplo de limpieza, belleza y armonía desde el cual pueden verse atardeceres que quitan el aliento.

Les aseguro que viajar a los Esteros del Iberá es una experiencia completa para todos los sentidos, para la mente y para el alma. Es un lugar sagrado de increíble biodiversidad, cuidado por los guardaparques, guías y lugareños, donde se siente el orgullo de los correntinos.

Carpinchos, yacarés, ciervos del pantano, lobitos de río, monos aulladores, boas curiyú, zorros, infinidad de aves, plantas acuáticas, árboles, los increíbes embalsados o islas flotantes sobre las cuales viven tantas especies, los bañados, y el agua pura y transparente... 

En cada salida nuestra vista se va afilando y vamos entendiendo un poco más la maravilla que encierra este gigantesco humedal ubicado en el corazón de la provincia de Corrientes, uno de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo.

A continuación la mejores fotos que saqué en estos días con mi camarita Lumix, sin filtros, con un mínimo epígrafe. (Cuando estoy yo, la fotos son de Daniel Gluzmann).

Muelle de Casa Santa Ana



Jardines: césped y pastizales de Casa Santa Ana
La Casa desde el muelle

En el patio

Leyendo y mateando
Acuarelas de Daniel


Acuarelas desde la galería
Nuestros vecinos: los lindos carpinchos







Foto tomada por Rolo, nuestro guía

Irupés ya florecidos 
El imponente federal

Muelle del Centro de Interpretación
Por el sendero de los monos carayá






Sendero de El Cerrito

Agua mágica
Yacaré negro



Embalsados y ciervita del pantano


Más yacarés negros
El arroyo Miriñay



En la última foto, al fondo, puede verse una de las torres de alta tensión que pasa por el medio de este paraíso a pesar de todos los reclamos de los ambientalistas de  la zona. Desde Yaciretá, esas torres espantosas, con kilómetros de cableados, atraviesan el país para que en Buenos Aires derrochemos energía... No te olvides de esto cada vez que "mágicamente" prendas la luz o el aire acondicionado. 

2 comentarios:

  1. ¡Lili, qué hermosa publicación! Nos transportás a la paz que seguro se vive en esos lugares con tanta belleza natural! Nos contagiás el deseo de quere explorar los esteros. Muchas gracias por compartirlo!

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  2. Ay, Lili... Quiero ir!!! Me llenaste de ganas y de expectativas. Ojalá algún día pueda probar un poco de todo ese "menú" a pura naturaleza... Gracias por siempre saber estimular el deseo de belleza que todos tenemos, los sepamos o no...
    Diana

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