"Hay una guerra allá afuera/ y te estoy invitando./ Tu lengua es una tropa/ con soldados caidos/ y soldados que sirven/ también al enemigo./ De todo lo que dicen/ poca cosa se muestra/ es esclavo el contado/ y amo el que lo cuenta"
Gabo Ferro
La tormenta del sábado 16 sólo pudo posponer, no suspender, la visita del duende al Bosque Interlunar. Y allí fuimos a refugiarnos y a alimentarnos de poesía con la necesidad de escuchar la metáfora para limpiarnos de tanta mentira, tanto cinismo, tanto odio.
Todos estuvimos más silenciosos y meditabundos, quizás la oscuridad de la noche, quizás el frío inesperado, quizás el miedo a las fuerzas oscuras.
Gabo cantó durante dos horas, recitó poesías viscerales, conjuró el miedo, con miedo esta vez. Porque todos sabemos que no va a ser fácil, que los que sabemos lo que pasa lo sabemos por la historia, lo sabemos porque miramos a nuestro alrededor, porque tenemos compañeros admirados. Pero es más fácil ignorar y los medios ayudan a eso.
Gabo esta vez buscó en la bolsa de la magia las canciones viejas, las que se imponen en estos momentos, pero también hizo brillar las recién estrenadas. Y nos fue hamacando en su música, pero también despertándonos con sus gritos, aullidos, susurros, truenos y rocíos. Porque es un artista que desnuda el amor, la muerte, la vida... la revolución.
Gracias, Gabo. Gracias Interlunio. Anoche nos sentimos liebres, pero también lobos aullándole a la luna.
BONUS:
Esta fue la nota que escribí en mayo de 2016 sobre el recital de Gabo en Interlunio. Marca tan fuertemente el cambio de paradigma social que pongo el enlace para los quieran leerla:
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