“Es un matrimonio igualitario”, me dice una conocida. “Es un matrimonio”, dirá un día.
P. K.
Hoy varios
usuarios de Facebook, compartieron el artículo de Patricia Kolesnicov,
periodista y escritora, que se casó por segunda vez: la primera con un varón,
la segunda con una mujer. Y yo festejo estar viva para ser testigo de estos
cambios en la sociedad. Mal que les pese todavía a algunos o a muchos, en la
Argentina, mi país, hoy en día una pareja que decida formar una familia puede
legalizar su unión, sin distinción de géneros.
Soy consciente de que no se pueden borrar de un
plumazo siglos de prejuicios, pero me llena de entusiasmo pensar que la ley que
antes encarcelaba o mandaba a fusilar a personas que se atrevían a hacer
pública su condición de homosexualidad hoy los ampara para que puedan integrarse
a una sociedad que se traga el
desconcierto ante lo que no comprende, pero que ya no puede más marginar,
hostigar, amordazar a los diferentes bajo la protección de la ley.
Esta hermosa historia, y esta crónica que podría ser
el guión de la próxima película de Burman, me trajo a la mente una comedia norteamericana, que puede conseguirse en DVD y
que encontré de causalidad mientras esperaba en la cola del supermercado(es increíble, pero no sé porqué allí,
encontré “Blue Velvet” o “Mulholland Drive” de David Lynch, revueltas con DVDs
de Karaokes o la saga de Rambo). Se trata de “The kids are all right” o “Mi familia”, título pasteurizado con el
que se estrenó por estos lares…
Nic y Jules ( Annette Bening y Julianne Moore), las
protagonistas , están casadas desde hace mucho tiempo, son un matrimonio como
cualquiera con dos hijos adolescentes que fueron concebidos en el vientre de
cada una de ellas por inseminación artificial. El conflicto de la comedia se produce
cuando la hija de 18 años decide buscar al donante, es decir a su padre
biológico: un Mark Ruffalo, eterno adolescente, que dueño de un importante
restaurant orgánico, con su apariencia “cool” y su moto, abre dudas y mueve el
piso en una familia, que a pesar de haber luchado mucho para correr tantas
barreras sociales, sigue manteniendo principios patriarcales en los roles
asumidos en la pareja. “No abolimos el patriarcado. Todo lo que lleva milenios
más o menos reglado en una pareja heterosexual –quién paga las cuentas,
quién hace la sopa, quién define cuándo lavar los platos– se dirime a facón
en una pareja homosexual.”, aclara Pato en su nota (que recomiendo leer
completa).
“ El arte y la vida” es una sección de este blog. Historias como las de Patricia, realmente me
hacen pensar que ciertas vidas son una obra de arte y que es cierto que siempre
la realidad es más rica e interesante que cualquier ficción.
Felicitaciones, tu blog cada vez está mejor, completo, fluído, accesible, interesante, etc, etc, y no lo digo yo, sino las casi 11000 vistas que tiene este sitio !
ResponderEliminarQue esperanzante artículo Eleonora,voy a tratar de ver esa película.
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