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lunes, 11 de septiembre de 2017

Al maestro con cariño

Algunas fechas siempre son buenas para recordar y aunque este blog dista mucho de hacer culto a las efemérides, hoy no puedo dejar de recordar a mi primera maestra, la señorita Ana María, mi maestra de Primer Grado Inferior.


Como yo no fui al Jardín de Infantes, ella fue mi primera, primerísima maestra. Ella me enseñó los palotes, las letras, los primeros números. Ella permitió la magia de que yo conociera los signos y sus infinitas combinaciones para toda la vida. 
Aún tengo presente la clase enorme, con la ventana que daba al patio de jazmines. Los pupitres de madera y hierro con el hoyo para poner el tintero y la tapa levadiza. El pizarrón negro y las tizas de colores. Las enigmáticas láminas cubiertas con papel barrilete, que la señorita y también las practicantes para maestras (alumnas de 17 ,como mis actuales alumnos de 6º ES), iban destapando a medida que nos iban explicando...
Recuerdo la satisfacción que me producía y me sigue generando aprender, terminar una "tarea", recibir un "muy bien 10, Felicitado"  y regresar con ese trofeo en mi cuaderno para mostrárselo a mi mamá ( hoy, para mostrárselo a mis hijos...)
Hace unos 20 años me la volví a encontrar. Yo estaba haciendo una interminable cola en IOMA y de golpe, una voz conocida se filtró por mis oídos directamente al corazón. Frente al mostrador, delante de mí, estaba mi señorita Ana María. No dudé, la llamé y ella se dio vuelta y vio en esa mujer adulta emocionada que la había llamado a la pequeña de seis años que fui,  la que aprendió con ella a leer y escribir, las dos cosas que más amo hacer en esta vida.
Señorita Ana María, dondequiera que estés, hoy va para vos mi recuerdo y mi cariño.

3 comentarios:

  1. Gracias a tus entradas del blog, de acuerdo a los temas que tratas, cada uno de nosotros comienza a recordar, o a disparar su mente a épocas recònditas, o situaciones similares que vivió
    El gran logro de los alumnos de primer grado cuando yo iba a la escuela era " ir a tomar la merienda" a lo de la maestra... algo que suena medio raro en estos tiempos. Por supuesto, una vez accedí a tan preciado premio y aún hoy recuerdo esa tarde, aunque algo desdibujada... y que comodos que eran los bancos con un estante debajo del pupitre para guardar las cosas...
    Tu blog está cada vez mejor, felicitaciones.

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  2. Hermoso relato... Y como dicen acá arriba hace que uno ejercite la mente 😉

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