Para Sebastián y Cris
"Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria."
Julio Cortázar, Manual de Instrucciones, Historia de Cronopios y de famas.
- Entérese de que Robert Wilson, Mikail Baryshnikov y Willem Defoe estarán en Buenos Aires y no le dé importancia.
- Desatienda los comentarios snob, usted no piensa gastar esa fortuna para ver una obra extranjera en un teatro de Buenos Aires.
- Espere hasta la última semana. Si le pasa como a mí, una amiga tiene una entrada de más y la pone en sus manos, le dice que lo lleva y lo trae del teatro, ya no tiene excusas; usted tiene que ir a ver la obra de Bob Wilson y gastar esa fortuna.
- Acomódese en su butaca y mire a su alrededor la sala llena.
- Deléitese con el telón, con ese viejo grabado ruso y el perro rojo que cuelga del techo. Dentro de unos instantes estará viendo una obra maestra del absurdo.
- Durante 100 minutos, quédese bien afuera de la historia. La barrera de luz fluorescente que enmarca el proscenio levanta un muro pantalla invisible en la cuarta pared.
- En las 12 escenas sucesivas permanezca bien sentado y con los ojos abiertos, no pretenda sentir ni entender, solamente mirar y escuchar. No piense ni trate de comprender.
- El reloj no tiene agujas y ya no marca el tiempo, entrará en la repetición angustiosa de los gestos y los textos.
- Comproborá sin darse cuenta que se puede pintar con luz y que a cada ruido o chasquido estruendoso, una nueva pantalla con pinturas abstractas maravillosas lo arrastrará al tedio y a la indiferencia. Pasados los 30 minutos, ya unos pocos cholulos siguen aplaudiendo, usted entrará en un letargo y ya no le importarán ni Wilson, ni Defoe ni Baryshnikov. Ni siquiera ya le interesará entender por qué esta obra se titula La anciana mujer.
- A veces esos personajes hieráticos le recordarán alguna escena de El gordo y el flaco, algo que haya visto de clown o de mimo. Pero no se confunda. Usted nunca ha estado ante semejante perfección en su vida.
- Intente mirar el escenario y leer los subtítulos que están al costado al mismo tiempo. Terminará por darse cuenta de que los textos en inglés o en ruso son incomprensibles, no por una cuestión de idioma sino por la falta de conflicto y lógica textual. Vieja, vodka, ventana, salchicha, valija, reloj, pájaro, habitación, mujer, casa, mazo,hambre, aburrimiento, muerte... Vieja, vodka, ventana, salchicha, valija, reloj, pájaro, habitación, mujer, casa, mazo,hambre, aburrimiento, muerte...
- Cuando de golpe las luces se apaguen, se dará cuenta de que la obra ha terminado. El aplauso de la multitud de pie lo dejará perplejo en su butaca, porque usted creerá que los otros, los que aplauden tan apasionadamente han visto otra obra. Usted quedó aplastado como un panqueque, anestesiado y perplejo. Ni una mínima gota de sentimiento correrá por sus venas. Si el teatro occidental busca la catarsis, el teatro de Wilson lo dejará insípido, alelado.
- Salga de la sala evitando que nadie le pregunte si le gustó la obra. ¡Gustar o no gustar no entra en la categoría de Wilson, queridos amigos facebookeanos.! No todo en la vida se puede medir en esos términos. Aunque parezca paradójico se lo dice la autora de un blog que se llama Razón del Gusto.
- Cuando llegue a su casa empiece a googlear, encontrará las formidables obras de Wilson de 4, 5 horas de duración. Leerá sobre su importancia dentro del teatro posmoderno. Si tiene suerte como yo, el amigo experto en teatro le explicará los principios del arte de este creador, o la amiga que le puso la entrada en la mano le mandará el enlace al cuento The Old Woman de Daniil Kharms, autor ruso nacido en 1905 en San Persburgo, que con su humor absurdo le peleó al sinsentido de su época.
- Necesitará entonces volver a la primera página del programa que había ojeado con desgano en el teatro. En el epílogo, escrito por Darryl Pinckney, encontrará la punta del hilo: " Sus historias ( las de Kharms) son breves, a menudo meros párrafos, y lo que sucede en ellas pueden ser tonterías, sólo tonterías. Todo su contenido es una improvisación en sentimiento, aleatoria, inestable y frágil como la vida misma. (...) Hablan de la impotencia de estar vivo, de las propiedades del estado de conciencia, de cómo la mente sigue pensando, dispuesta y viva, aún en medio de una pesadilla."
- Dos días después, cuando esté lavándose los dientes frente al espejo, pensará con una sonrisa llena de espuma blanca, que le recordará a los adorables rostros de Mikhail y de Willem, que esos 1200 pesos fueron los mejor gastados de su vida.
*21 al 31 de agosto de 2014- Teatro Ópera Allianz
Qué reseña tan maravillosa! Merecería formar parte del programa de mano de la obra, le ahorraría al espectador los esfuerzos por saber qué debería decir o sentir con respecto a lo que está viendo; solo debería verlo, y luego dejar que pase lo que tenga que pasar (sonreír con espuma blanca o llorar con la lengua roja, quién sabe).
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