A Mariana, mi compañera de lujo en estos días por el Valle Sagrado.
Cuzco, capital del imperio inca significa el "ombligo del mundo". Así lo creían los antiguos que desde allí lograron dominar el Tawantisuyo, enorme territorio geográfico que guarda ruinas que nos sugieren lo imponente que ha sido esta cultura.
Hace doce años vine por primera vez con Daniel, para conocer Cuzco, el Valle Sagrado y Macchu Picchu en una semana. Tomamos excursiones, como hacen la mayoría de los turistas la primera vez por temor a lo desconocido. Nos fue muy bien pero, como saben, en estas excursiones los minutos están contados y uno siempre se queda con ganas de más.
Esta vez, en nuestra semana de vacaciones, con dos amigas decidimos venir a Cuzco, anclar aquí y caminar a nuestro aire las callecitas empedradas. Dos de nosotras nos tomarnos dos días para ir, por nuestra cuenta, a los lugares que queríamos revisitar tomándonos todo el tiempo que quisiéramos.
Para nuestra sorpresa, comprobamos que viajar en transporte público por el Valle Sagrado es muchísimo más fácil de lo que imáginábamos. El transporte, minibuses que utilizan los lugareños, es muy económico, los tramos cuestan entre 2 y 6 soles y nunca tuvimos que esperarlos más de unos minutos. Están allí, siempre en las terminales, esperando completar los asientos para salir.
También decidimos no volver a visitar las ruinas arqueológicas, por las que cobran 70 soles la entrada, ya sea para una o para las cuatro que pueden visitarse en esta región. De esta manera evitamos el amontonamiento de turistas que llegan a los lugares todos juntos y conocimos mucho más de cada lugar.
Este fue el recorrido:
Pisac
El pueblo de Pisac está muy próximo a uno de los complejos arquelógicos más importantes del Valle Sagrado, pero como ya les aclaré, nosotras directamente fuimos al pueblo que queda a 30 km. de Cuzco (por 5 soles).
El mercado de Pisac es un verdadero laberinto de pasillos coloridos, lo más probable es que pierdan a su acompañante (como nos pasó a nosotras). Allí encontrarán sin lugar a dudas las mejores y más variadas artesanías: tapices, almohadones, pulóveres, platería, sombreros... Ir con una mochila para los dos días, nos previno de la tentación de comprar y comprar. Todo es maravilloso y alegra el alma. Es un paseo cultural y emocional de colores y texturas.
Pero no se queden allí, salgan del mercado, caminen las callecitas y encuentren el sendero detrás de la capilla. Desde allí se pueden apreciar las terrazas de cultivo y, en primavera, los durazneros florecidos.
Almorzamos en el balconcito de uno de los restaurantes frente a la plaza un exquisito piqueo Valle Sagrado (palta, aceitunas negras, queso, camote asado y ensalada de quinua con licuado de mango, piña y miel) y seguimos camino hacia Urubamba, también en combi por 5 soles.
Llegamos a Urubamba a las 17.30 horas, por ser las últimas en la combi, el conductor nos acercó a una calle de alojamientos económicos y encontramos una habitación con baño privado, limpia y correcta, por 45 soles.
Enseguida anocheció, así que salimos a recorrer el centro de esta hermosa ciudad. Justo frente a la plaza nos deslumbró el fabuloso restaurante Casona Colonial, ubicado frente a la plaza de Urubamba.
Comimos el mejor ceviche de nuestras vidas (va a ser muy difícil igualar esa experiencia) y bebimos los mejores pisco sour.
A la mañana siguiente, ya a las 7.30 horas estábamos en marcha para nuestro segundo día en el Valle Sagrado. Encontramos un lindo lugar para desayunar en el centro y luego salimos a recorrer la ciudad, que no es tan turística como las otras.
Es muy lindo ver la vida de los pobladores, los niños que van a la escuela, la gente que sale a trabajar. Nos dio la impresión de ser una ciudad pujante, en pleno crecimiento: muchos comercios para la gente del lugar, mercados y sobre todo, muchas ferreterías, lo que me hizo pensar en que la gente construye y arregla sus casas, indicio de bienestar social.
De repente dimos, por causalidad, con la Casa Taller del ceramista Pablo Seminaro, un lugar muy hermoso para visitar.
Patio del Taller de Pablo Seminaro |
Con las obras del artista |
Ollantaytambo
Ollantaytambo queda a 30 minutos de Urubamba (2 soles). Las ruinas están pegadas a la plaza principal y dominan el pequeño poblado.
Es un pueblo encantador que se recorre en dos horas. Las acequias están por todos lados y le otorgan ese sonido del agua en la piedra, que para mí es uno de los sonidos más bellos de la naturaleza.
Salineras de Mara
Para ir a las Salineras de Maras tuvimos que regresar a Urubamba y allí tomamos un remis por 50 soles que nos llevó, nos esperó una hora y nos devolvió a la terminal. Hay muchos taxistas que ofrecen llevarlos a las salineras, a las ruinas de Moray y luego devolverlos a Cuzco por 170 soles, pero sinceramente no es necesario. Lo único imposible de hacer en transporte público es llegar a las apartadas salineras que están en el medio de las montañas. Luego es fácil desde Urubamba regresar en una combi a Cuzco por 6 soles.
La entrada a la salinera cuesta 10 soles, la explotación de la sal es la principal fuente de trabajo de los pobladores de Maras que forman una cooperativa.
Las Salinas de Maras son minas de sal cuya explotación es tan antigua como el Tahuantinsuyo. Están ubicadas en la ladera del cerro en forma de terrazas o andenes. Un canal nutre de agua salada las más de cinco mil pozas, que miden aproximadamente cinco metros cuadrados cada una. El agua se filtra en las pozas y se evapora por acción del intenso sol, haciendo que broten los cristales de sal gruesa, Luego de un mes la sal alcanza los 10 cm. de altura y está lista para ser cosechada.
Las fotos no transmiten la sensación de estar allí, en ese lugar sagrado de una belleza sobrecogedora.
Ojalá esta breve página de mi diario de viaje los inspire a viajar por el Valle Sagrado, compartiendo el transporte público con la gente del lugar.
El paisaje, el silencio, la gente... se quedarán para siempre en mis retinas y en mi corazón.
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