Para Berta
"Lo que hay que vivir antes de morir es un aguacero que se transforma en luz"
La segunda novela de la escritora y filósofa Muriel Barbery, publicada en el 2006, con millones de copias vendidas, traducida a muchos idiomas y por supuesto con su correspondiente versión fílmica, es uno de esos raros fenómenos de la cultura.
A medias entre la literatura, la filosofía y la crítica, esta novela fragmentada se me apareció como un espejo interior en el que se reflejan varios de mis gustos y pasiones. De hecho, pienso que tiene mucho que ver con este espacio, "Razón del gusto", ya que la novela postula el encuentro mágico de las personas en el arte, en los gustos compartidos. Así, una niña rica de 12 años, una portera de 54 y un sofisticado señor japonés pueden "des-cubrirse" a partir de esos signos de la cultura y de la belleza que los constituyen como seres humanos.
"La gente cree ansiar y perseguir las estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera", esta es una de las inteligentes reflexiones de Paloma, la niña superdota de 12 años que no quiere convertirse en una adulta como sus padres, gente insensible y ciega, prisionera de las reglas establecidas para su clase privilegiada. En un diario personal anotará las "ideas profundas" que surgen de su estado de intolerable lucidez ante la fealdad del mundo en contraste con su exquisita sensibilidad.
La voz de Paloma se irá intercalando con la narración de la señora Renée, la portera del lujoso edifico de ocho pisos de la paqueta calle Grenelle en París. Esta mujer provinciana, viuda, poco agraciada, e insignificante para los demás, oculta un mundo interior rico y complejísimo. Tiene un alma de princesa y sólo otro aristócrata del espíritu, el nuevo propietario, el señor Kakuro Ozu, descubrirá la belleza que ella oculta tras sus púas como el erizo.
Como estampas, como recortes de pensamientos, se van hilvanando de manera fragmentada los episodios de la vida que unen a estos tres personajes con las reflexiones sobre el cine, la literatura, la cultura japonesa.
La ceremonia del té entre amigas, el amor por los animales, "Ana Karenina" de León Tolstoi o "Las hermanas Munakata" de Yasujiro Ozu. Las delicias de la repostería y la fragancia del té de jazmín. "La contemplación de la eternidad en el movimiento mismo de la vida". Todos estos son signos de vidas hacia adentro, introspectivas, gozosas de poder compartir después de tanta soledad esa particular visión de la vida.
No tengo muy claro si esta novela tiene un valor literario en sí mismo. Quizás la voz narrativa sea poco creíble. La estructura un poco pretenciosa. Las alusiones a ciertas lecturas filosóficas de la portera autodidacta poco verosímiles, así como resulta a veces inconcebilbe la crítica mirada política y social para una niña pre-adolescente... Sin embargo, La elegancia del erizo es un libro que da gusto beberse, "a sorbitos felices", como una exquisita taza de té humeante. Despierta muchas sensaciones internas y nos hace pensar-sentir que ser ricos consiste en esos placeres para los aristócratas del alma: la amistad, el arte, la naturaleza.
Los dejo ante esta bella reflexión a partir de la contemplación de la naturaleza muerta de Pieter Claesz con la que se topa la señora Renée en su primera visita al piso del señor Ozu:
"Pues esta mesa, ¿he tenido yo que servirla? Estos manjares, ¿debo acaso codiciarlos para verlos? En algún lugar, en otro lugar, alguien quiso este almuerzo, alguien aspiró a esta trasparencia mineral y persiguió el goce de acariciar con la lengua el sabor salado y suave de una ostra con limón. (...)
Pero cuando miramos una naturaleza muerta, cuando, sin haberla perseguido, nos deleitamos con esta belleza que lleva consigo la figuración magnificada e inmóvil de las cosas, gozamos de lo que no hemos tenido que codiciar, contemplamos lo que no hemos tenido que querer, nos complacemos en lo que no nos sido necesario desear. (...) entonces la naturaleza muerta encarna la quintaesencia del Arte, esta certeza de lo intemporal. En la escena muda, sin vida ni movimiento, se encarna un tiempo carente de proyectos, una perfección arrancada a la duración y a su cansina avidez- un placer sin deseo, una existencia sin duración, una belleza sin voluntad."
Muriel Barbery, La elegancia del erizo, Seix Barral, Buenos Aires, 2011,pág. 226-227
Sigo a este maravilloso blog desde sus inicios. Es una forma de aprender y de seguir “des-cubriendo” cosas nuevas.
ResponderEliminarLástimas que no siempre esté capacitada para comprender estas lecturas. Por lo que me parece es un libro muy dificil. No se si comprarlo. Tengo miedo que me pase lo que siempre. Comprom librois y después los dejo porque no los entiendo.
Que tal esta la película?
Que lindo cuando el libro es un espejo interior. A mi me paso con María Elena Walsh. Todos sus libros son espejos interiores de mi alma. La adoro.
Me encanto la parte de los sorbitos felicies. Creo que la vida debe tomarse asi.
Y estoy totalmente de acuerdo con lo de ser rico cuando tenemos amistad arte y naturaleza. Yo le agregaría también la pasión. La vida sin amor no es nada.
Y estoy de acuerdo con lo que decis de que una portera no tiene que ser filosofa.
Muy linda la reflexión que hacés al final y muy lindas las fotos.
El café literario se esta convirtiendo en un te de japones.
Cariños.
Hola, Laura. "La elegancia del erizo" no es un libro difícil. Al contrario.
ResponderEliminarComo digo en el post, no creo que tenga demasiado valor literiario, sin embargo, esos capítulos cortitos tienen ideas muy hermosas sobre la vida, el arte, la amistad, que toda alma sensible como la tuya pueden disfrutar.
En cuanto a comprar los libros... yo ya no tengo ese deseo de posesión como cuando era más joven. A los libros los pido prestados, los saco de la biblioteca. A veces, me los compro, pero para prestarlos y perderlos otra vez. De esa manera no te cargás de obligaciones. Me lo compré y "tengo" que leerlo. Si lo ojeo y no me gusta, lo devuelvo.
Gracias por tus palabras sinceras. Cuando escribo mis comentarios nunca me imagino que del otro lado hay gente como vos que lo aprecie tanto.
Hola,Tengo la edad de Paloma ,lei el libro y ví la película,me hizo comprender de otra manera la vida, Yo queria morir como Paloma..Pero mis ideas cambiaron..Muy recomendable
ResponderEliminarhola, muero de ganas de leer el libro aun cuando no estaba en su busqueda! juro que lo conseguire.
ResponderEliminarlo que realmente me llevo a tu pagina es la imagen de la pequeña dentro de la pescera, me gustaria saber del auto, a lo menos su nombre, espero una respuesta y de ante manos muchas gracias.
El libro es hermoso y la imagen es verdaderamente maravillosa, la encontré en google imágenes sin el nombre del autor, me encantaría encontrarla para darle las gracias.
Eliminar"Todas las familias dichosas se parecen,pero las infelices lo son cada una a su manera...Frase inicial del capitulo I de la novela Ana Karénina de Léon Tolstói publicada en 1877...No he tenido el placer de leer el libro..Pero buscando buenas películas, encontré esta joya...Soy un admirador del gran escritor ruso León Tolstói y al escuchar aquella frase me enganche completamente en la película...Muriel Barbery, escritora francesa , profesora de Filosofía, tiene mucho potencial..Ya tiene otro Libro "La vida de los Elfos"..
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