La mirada poética de Leonardo Favio
"Un bichito colora...do...do...
ha matado a su mujer...jer...jer
Con un cuchillito de punta alfiler...
Le sacó las tripas y se puso a vender...
A veinte...a veinte...las tripas
calientes..."
Así , con esa enigmática canción infantil en la voz ambigua de Fidelia, una niña pintarrajeada, inocente y amenazante a la vez, comienza la película de Leonardo Favio que fue un hito en mi historia con el cine y en la historia del Cine Nacional.
Junio de 1975. Supongo que habré ido a verla porque me había encantado Juan Moreira, o por la inmensa promoción, por sus imágenes de póster tecnicolor de los ´70, o por su leit motiv, "Soleados", esa música que pasaban a toda hora por la radio y que todavía me emociona con toda su carga kitsch, ingenua, romántica.
Lo sobrenatural, ese sincretismo entre la superstición de la gente de campo y la religiosidad, es la cantera popular de la que abreva el creador. Para ello se basa en la famosa leyenda popular del lobizón: la maldición que acecha al séptimo hijo varón. En medio de una tormenta, lo sobrenatural nos sobrecoge desde el principio con el grito de la bruja Lechiguana: "¡Jeremías, Jeremías! No dejes parir a tu mujer. Seis hijos te dio el señor... El séptimo leche de diabla mamará y te nacerá lobizón".
Pero como en toda tragedia que se precie, los padres desafían al destino y ese bebé recibirá por nombre Nazareno, Nazareno Cruz. Y el niño crece fuerte y alegre, querido por todos, hasta se burla de las supersticiones imitando el aullido del lobo, y así pasarán los años, hasta que en su vida con los pies en la tierra de muchacho simple y pueblerino, conocerá en una misma noche el amor y la tragedia, al ángel y al demonio. Todo en una hoguera, remolino de fuego inolvidable. Los enamorados cruzan sus miradas puras sin saber que un niño oficia de Cupido y Mandinga empieza a esperar el Final. Porque como en toda tragedia, es imposible parar la flecha disparada por el arco de la fatalidad.
El amor de agua de Griselda y Nazareno, se consumará y fructificará en un hijo nacido de esa pasión sin salida. Y por el campo intentarán escapar de la profecía maldita la dulce muchacha blanca y el lobo negro como la noche más oscura. Aunque los dos saben con el cuerpo y con la respiración que no hay lugar para ese amor en este mundo.
Pero como en toda tragedia que se precie, los padres desafían al destino y ese bebé recibirá por nombre Nazareno, Nazareno Cruz. Y el niño crece fuerte y alegre, querido por todos, hasta se burla de las supersticiones imitando el aullido del lobo, y así pasarán los años, hasta que en su vida con los pies en la tierra de muchacho simple y pueblerino, conocerá en una misma noche el amor y la tragedia, al ángel y al demonio. Todo en una hoguera, remolino de fuego inolvidable. Los enamorados cruzan sus miradas puras sin saber que un niño oficia de Cupido y Mandinga empieza a esperar el Final. Porque como en toda tragedia, es imposible parar la flecha disparada por el arco de la fatalidad.
El amor de agua de Griselda y Nazareno, se consumará y fructificará en un hijo nacido de esa pasión sin salida. Y por el campo intentarán escapar de la profecía maldita la dulce muchacha blanca y el lobo negro como la noche más oscura. Aunque los dos saben con el cuerpo y con la respiración que no hay lugar para ese amor en este mundo.
Nazareno Cruz y el lobo es una película desmesurada, contaminada por el melodrama del radioteatro, moderna en su factura híbrida, bella en imágenes pictóricas que parecen escapadas del Infierno de El Bosco, pero fueron captadas por la mágica fotografía de Juan José Stagnaro.
Favio metamorfoseó a sus actores y los inmortalizó en esos personajes. Para siempre Marina Magalí será Griselda; Nora Cullen, la Lechiguana; Alfredo Alcón, un Satanás nostálgico de dios; Juan José Camero, Nazareno, Nazareno Cruz.
En una entrevista, Favio dijo sobre esta película:
"Este proyecto se gestó cuando en el país se desarrollaba esa enorme lucha por saber cuáles eran los buenos, cuáles eran los malos.Todos se debatían pensando si el peronismo, si la izquierda, si la derecha... El que elegía el amor estaba perdido. En ese momento eran todas mezquindades. La historia de Nazareno me pareció una buena metáfora. Es una película que parte de mi ingenuidad, de haber pensado que enviando mensajes se iban a poder apaciguar los ánimos"
Después de Nazareno Cruz y el lobo vinieron 11 años de exilio, otro capítulo dentro de la "crónica de un niño solo", ése que se hizo a sí mismo. Pura intuición e intensidad para retratar el fragmento de la historia colectiva. Para recordarnos que los sueños personales y las utopías son lazos que se entretejen en el entramado de la vida y que sólo se concretan con compromiso, puños cerrados y manos abiertas.
Viento, Tierra, Fuego, Aire, Cielo, Infierno, Amor, Dolor, Pueblo, Arte, Presente, Eternidad. Este es mi ramillete de palabras que hoy elijo como ofrenda para recordar a Leonardo Favio.
No es la primera vez que a partir de la lectura de tus geniales crónicas o entradas , inmediatamente se abre una puerta que me lleva a la misma época pero en otro lugar.
ResponderEliminarEn este caso recuerdo que luego de ver la película corrí a la casa de música Ricordi de La Plata y compré la partitura "soleado" que aporré interminablemente en el piano.
Felicitaciones por tu blog, que no para de crecer y gracias por mantener vivas las puertas que cada tanto se entrelazan.
¡Gracias, Daniel! Es todo una cuestión de amor como decía Leonardo Favio ayer en una entrevista que le hizo Santo en 2005. Eso decía él, con tanta humildad, que sus películas en realidad, son solo eso, una cuestión de amor.
EliminarOtro grande que se nos va...
ResponderEliminartambien hay que destacar sus grandes compocisiones musicales, las que marcaron una epoca o epopeya.
y de vez en cuando esta bueno reveer los sentimientos que hay en la sinfonia.
como favio, yo también creo que este es el mejor gobierno que podríamos haber tenido. apoyo a este proyecto y a la campora.
mi homenage tambien para leo.
muy bueno el cambio de la foto de portada. Un ala de mariposa que lo ve todo mientras vuela. hermosísimo diseño natural de círculos concéntricos. diseñadores y artistas, en esa pequeña ala hay un manual de arte en acción. !!
ResponderEliminarvuelos concéntricos espiraloides tenues sigilantes furtivantes aglomerantes en un ala que ve todo porque es todo y nada. portando la portada de una foto muy buena. diseños arduos de la naturalidad artística y plebeya de las pequeñas acciones manuales.
ResponderEliminarGracias a Carlos por el comentario que completa mi entrada y a los anónimos que repararon en la foto de cabecera. Ese pequeño espacio es el lugar donde semana a semana, muestro mis fotos. Si en el blog hablo del arte, de las cosas que me gustan, en la cabecera está lo que elijo con mi mirada a través de la lente de la cámara. ¡Hermosa reflexión sobre la belleza perfecta del ala de la mariposa!
ResponderEliminarAhh chalay mis años mozos... yo también supe volar! creo que decia una de las brujas salamanqueras que acompañaba a Nazareno. Me hace acordar a la viejas de mis pagos, muy bien retratadas en esta película.
ResponderEliminarPor qué alguien metió a la Campora en los comentarios?
ResponderEliminarEs hermoso este film la obra maestra de Leonardo Favio.
Otras cuestiones no importan mas que el amor con que hizo de este film una poesía...
gran película. especial. mezclo magistralmente lo popular con lo poético. sin dudas mas alla del record de espectadores es una película icono del cine argentino.
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