El puente del Río Kawarau, queda unos 20 kilómetros al noroeste de Queenstown en la isla sur de Nueva Zelanda.
Desde 1988 viene practicándose allí el bungy jumping o puentismo en castellano (para evitar la ridiculez del vocablo spanglish "puenting", con el que en castellano se alude al deporte que implica tirarse desde un puente atado).
Cuarenta y tres metros de altura para saltar y sentir que por unos segundo uno puede volar.
Yo no me animé, pero algunos de mis alumnos que sí lo hicieron expresaron que fueron los segundos más intensos de sus vidas.
Sí, eso que marqué en color es Agustina, una de mis alumnas "volando" |
¿Qué opinan? ¿Les gusta este puente, distinto a los otros que conocí enclavado en un cañón? De hierro y madera, finito para cruce peatonal, el puente sobre el río Kuwarau se convirtió en las últimas décadas en el símbolo de los deportes extremos.
Me encanta ese puente y ese cañón (¡y esos azules!), pero ni loca, ni loca, ¡ni loca! me tiro de ahí (me subí dos veces a la montaña rusa y fueron los minutos más espeluznantes de mi vida, juré no repetir).
ResponderEliminarAbrazo
ps: cuánto paseás con tus chicos, qué bueno! (son viajes de estudio?...)
Sí, es un lugar muy lindo, porque es un cañón sombrío. El río pasa entre las montañas y el puentecito de hierro une dos montañas. Yo tampoco me tiraría, no puedo dar ese salto al vacío aunque sepa que estoy bien atada y que las estadísticas digan que nunca hubo un accidente... Esa actividad no estaba incluída en el viaje, el salto que fotografié se lo ganó una alumna (muy osada) en un concurso... Y los escasos segundos de adrenalina cuestan la friolera de 120 dólares...
ResponderEliminarY sí, fue un viaje con la escuela, parábamos en hostels, en la mayoría preparábamos el desayuno y algunas cenas para todos, lavábamos los platos, eso unió mucho como grupo.