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domingo, 16 de noviembre de 2014

Shua & Heker

Konex de Platino 2014 a la labor cuentística de estas dos "grosas"


Estas dos grandes narradoras de la literatura argentina charlan en un bar notable sobre la política, la literatura, el paso del tiempo, la amistad... ¡Qué placer tener la sensación de estar ahí, compartiendo ese café!
"El paso del tiempo ustedes lo abordaron en sus relatos. ¿Cómo lo viven, en lo personal, en cuanto a lo penoso y lo gozoso? Además, ambas fueron literatas precoces.
Heker: Para mí no es penoso el paso del tiempo. Me fascina el encontrarme siempre con una persona nueva que soy yo con la edad que tengo. Voy a cumplir 72 años en febrero, y si me hablan de una mujer de 72 años yo digo ¡esa vieja! Pero no percibo eso en mí, es muy extraño. Todavía voy en un colectivo, sentada, y entra una señora mayor y mi primer impulso es cederle el asiento. Pero después digo pará, ésta debe ser menor que yo. Por eso, para mí fue mucho más duro cumplir 30 años que cumplir 70, porque trabajé muchos años de adolescente. Después, darse cuenta de que todo el mundo es más joven que uno... Siempre fue un tema que movilizó, me resultaba conflictivo e interesante ver qué es lo que realmente cambia. Hay cosas que cambian y no sé si es ingrato, hay marcas que son mis gestos, que son mi historia.
Shua: Es agradable que a una la miren como si fuera un plato de ravioles. Pero también es agradable cuando dejás de ser un plato de ravioles y te empiezan a mirar con respeto. Creo que el paso del tiempo es duro, es cruel, es el tema esencial de la literatura. La conciencia del paso del tiempo es lo que nos hace humanas. Mientras el cuerpo siga respondiendo, la edad es algo manejable, aunque no podemos evitar la conciencia de que la muerte está más cerca..., suponiendo que tengamos la suerte de morir por motivos naturales.
Heker: Creo que lo dramático es pensar en el deterioro.
Shua: No sólo desaparecen los amigos y amigas, ¡desaparecen los enemigos! Eso es perturbador. Uno se concentra en determinadas personas, a veces pasmosas y a veces por odios personales, y hasta fantasea con la venganza... Si de repente esa persona no está más, eso queda ahí. Creo que me gusta mucho la época en que vivimos, es muy interesante, todas las mañanas abro los ojos y agradezco al cielo haber nacido en la época de Internet. Es un mundo nuevo y distinto, y las perspectivas del futuro son totalmente imprevisibles. Es fascinante."
en  "Dos a quererse", María Mansilla, Las 12, 14 de noviembre de 2014
Para leer la entrevista completa de Las 12 hacer click aquí




domingo, 2 de noviembre de 2014

Día de Todos los Muertos

"Ay, ay, ay ay, canta y no llores
Porque cantando se alegran
cielito, lindo, los corazones"

"Sueño de una tarde dominical en la alameda", D. Rivera, en México DF

Los lectores de Razón del gusto ya saben que me encanta México, su gente y su manera honrar la vida y la muerte. En los años pasados asistí a la fiesta del Día de los Muertos que organiza el Consulado de México en Argentina. Este año me decidí y mandé mis poesías al Concurso de Calaveritas. Lamentablemente por el temporal que destruyó árboles  del Museo Fernández Blanco no pudo hacerse la fiesta, pero me publicaron la calaverita clásica, que aquí comparto con ustedes:



Detalle: la Catrina toma la mano del pequeño Diego Rivera

Aquí va la versión más desarrollada, que a mí me gusta más:

Calavera con Soda
(versión extensa)
Dedicada a Gustavo Cerati

Nadie nunca oyó esta historia
yo se las voy a contar
empieza hace muchos años
en medio de un recital.

Entremetida y curiosa
la Calaca sin entrada
a codos entre la gente
se ubica sin decir nada.

Sobre el escenario un trío
le hace sonar las costillas
cuando pasa ese temblor
se siente de maravilla.

No puede quitar sus ojos
de otros ojos color cielo
Esos ojos de Gustavo
la llenaron de desvelos.

A partir de ese momento
la Pelona enamorada
no se cansa de espiarlo
a través de la persiana.

Con ese amor amarillo
esa fuerza natural
los juegos de seducción
siempre le salieron mal.

Las tazas sobre el mantel
lo invita a un té para tres
solo que en vez de la miel
derrama su amarga hiel.

Gustavo aceptó confiado
la invitación de su fan
quizás ya estaba cansado
de parecer inmortal.

Después de la sudestada
de la mano de su novia
bocanadas de humo y cielo

por fin descansa en la gloria.

Liliana Schwab



Altarcito en el Museo Fernández Blanco


Claramente lo que me emociona de esta celebración tan auténtica es su relación con la cosmovisión de los pueblos originarios, como se puede apreciar en este fragmente y en la ilustración de los códices mexicas:


" La muerte entre los mexicas
Pero vayamos al momento en que el individuo fallecía. Sabemos que la manera de morir era factor fundamental para el destino que se deparaba a la esencia del difunto. Estos destinos eran cuatro lugares. El primero, conocido como la casa o cielo del sol, estaba destinado a los guerreros muertos en combate o capturados para el sacrificio, así como a las mujeres muertas durante el proceso del primer parto, mismo que se consideraba un combate y por lo tanto a estas mujeres se les tenía como mujeres valientes, como guerreras. El Tlalocan, lugar de constante verano donde las plantas siempre estaban verdes, se destinaba a todos aquellos que morían en relación con el agua. El Mictlan era el sitio adonde iban los que morían de cualquier otra forma de muerte no asociada a la guerra ni al agua. En el Chichihualcuauhco, donde residían los niños muertos prematuramente, un árbol nodriza amamantaba a éstos hasta que se les destinaba a volver a nacer.



Arriba: los fallecidos llevaban un perrito de pelo rojizo con un collar de fibras de algodón sin hilar para que los ayudara a pasar, nadando encima del perro, un río que estaba en el inframundo llamado apanohuaya, “el paso del agua”. el perro guiaba a los muertos hasta el “lugar sin orificio para que salga el humo” o inframundo, donde habitaba Mictlantecuhtli, “señor de los muertos”. Un perro guía a un difunto ante Mictlantecuhtli. Códice Laud, lám. 26. "

Reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces

Bonus track 1 del Día de los Muertos:

Momias de Guanajuato
El museo de las momias de Guanajuato, pegado al cementerio municipal , figura como una de las atracciones turísticas del lugar.
En el año 1865 del Panteón de Santa Paula se exhumó el primer cuerpo momificado, ya que la fosa en la que yacía no tenía registrados los pagos pertinentes. Desde entonces y hasta 1958 continuaron los descubrimientos de cuerpos momificados debido a las especiales condiciones del subsuelo del lugar, sumadas a la presencia de nitratos y alumbre.

Fotografías de Angelitos, Rómulo García

En la Casa Museo de Diego Rivera, una colección de fotos  de principio del siglo XX, de los llamados Angelitos, también me impactaron por su fuerza y extrañeza.







Y hoy, 2 de noviembre, recordemos a nuestro muertos, con altares a la mexicana, o simplemente mirando sus fotos, pensando en todo lo que nos dejaron y hoy sigue vivo en nosotros. El olvido es el verdadero infierno, eso... lo dicen los mexicanos, y también lo pienso yo.