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miércoles, 26 de agosto de 2015

Deshonrada, Alfredo Arias

Melodrama argentino en blanco y negro




Deshonrada es una de esas exquisiteces que rondan por la cosmopolita Buenos Aires y que nos perdemos si no estamos bien atentos o si, como pasó en mi caso, no nos llevan a ciegas a verla.


En una preciosa y moderna sala del Centro Cultural San Martín, tan oscuro, abandonado y poco publicitado, se produce el milagro: la última obra de Alfredo Arias escrita para ser interpretada por los actores Alejandra Radano y Marcos Montes.


Deshonrada es una pieza en blanco y negro. Está atravesada por la antítesis y la tensión entre dos fuerzas ideológicas, políticas e históricas que nos constituyen como argentinos. Es una danza, un melodrama, una tragicomedia musical. Es la oposición entre el pasado y el presente, la víctima y el victimario, el mito de la puta y de la santa.




La figura de la estrella de cine Fanny Navarro es el personaje atravesado por la Historia que eligió el autor para revisar uno de los momentos más importantes y constitutivos del relato histórico argentino del siglo XX. Salimos del teatro con la curiosidad de buscar en la realidad las huellas de verosimilitud de la ficción. ¿Quién fue Fanny Navarro? ¿Cómo terminó esa mujer adorada por multitudes en el mayor de los oprobios? ¿Hasta qué punto serán ciertas las certezas de esta fanática militante peronista y este obstinado espía de la Revolución Libertadora?


En Deshonrada no hay término medio, no hay grises.  Es una obra dura, exigente; no solamente para los dos magníficos actores sino también para el público, a quien se le exige una reflexión, una toma de posición.

Quedan tan solo pocas funciones, no se pierdan esta obra impecable y hermosa.
Las fotos de Marcelo Solís dan cuenta de la cuidada iluminación y el trabajo con las sombras, el sobrio vestuario, la despojada belleza.

Para más datos entrar al sitio del Centro Cultural San Martín aquí.

Fanny Navarro, la real en la tapa de la revista Antena


Afiche de la película "Marihuana"(1950), aludida en la obra

domingo, 23 de agosto de 2015

Razones para un blog

Diarios de vida

Dedicado a Betina de La luna de Valencia



En los últimos meses la mucha lectura y escritura que  exige mi trabajo retacearon tiempo, deseo y energía para anotar las reflexiones y sensaciones que me gusta ir anotando en este cuaderno de bitácora donde anoto las cosas bellas que me hacen feliz.

Por ahí andan amontonados los programas de las obras que vi, las fotos de los lugares que visité, las razones de la emoción de estos últimos meses. Escribir una entrada de blog no es subir una foto a Facebook, implica desarrollar un contenido personal, y, a veces, sin darnos cuenta, vamos cediendo a la tentación de ser más complacientes con nosotros mismos, y abandonamos lo que nos constituye.

Más como un deseo que como un compromiso, retomo hoy, el propósito de cuidar este espacio, por eso me propongo  subir una entrada semanal cada fin de semana. Si viene la inspiración y me dan ganas de subir algo más, ¿por qué no?

Hoy: Museo Casa del Che en Alta Gracia, Córdoba

"Seamos realistas, soñemos lo imposible" Che Guevara

Villa Nydia, la casa a la que se mudó la familia Guevara- De la Serna en 1932, buscando una solución a los problemas bronquiales de Ernestito, es hoy un museo vivo y entrañable que nos abre las puertas a la calidez y belleza de la niñez de un mito.

Ernestito en Alta Gracia, pese al asma que lo acompañó toda su vida, gracias al clima seco y al aire puro de Córdoba tuvo una vida activa y alegre que combinó mucha acción y mucha lectura. 

Esa casa sencilla, hoy abierta a los visitantes, alberga muchos recuerdos del Che. Recorriendo sus 11 salas podemos hacer un repaso por las increíbles experiencias de una vida apasionada que hoy sigue enamorando a todo el mundo.

Aquí van algunas fotos para inspirar a los lectores a agendarse esta visita imprescindible cuando vayan a Córdoba:




Su cuarto de pequeño con fotos, muebles y juguetes de la época.

                                      





A los 21 años, a bordo de una bicicleta Garelli preparada con un pequeño motor Micrón, el Che recorrió 4.000 kilómitros por las provincias de nuestro país. Esa fue su primera experiencia con la injusticia de la desigualdad.

                                           


Este azulejo en el patio de la casa puede ser un gran lema para las próximas semanas y por qué no para toda la vida, ¿no les parece?



Hay muchas, muchísimas fotos hermosas por todo el museo. Vemos a un Che hermoso, moderno, una verdadera estrella con esa sonrisa carismática. 

Elegí esta foto, recuerdo del viaje por Latinoamérica que realiza entre 1951 y 1953 con su amigo Alberto Granado. Emprenden viaje en una moto Norton de 500 cc, a la que llaman La Poderosa. Parten desde Buenos Aires hasta la Patagonia, cruzan la cordillera y van ascendiendo por Chile. Cuando se les rompe la moto, siguen como mochileros. En Perú trabajan en un leprosario, allí, los nativos les regalan esta balsa, la Mambo-Tango, con la cual navegaron por el Amazonas hasta los límites entre Perú, Brasil y Colombia. Si no vieron la película de Walter Salles Diarios de Motocicleta, acá les dejo el link a Youtube.



En la última sala se exponen cuadernos espiralados con la letra pequeña del Che, con la que dejó registró de algunas de las páginas más importantes del siglo XX.




En esta cocina, sencilla con la leñera, se refugiaba Ernestito cunado los atques de asma le impedían salir a jugar con sus amigos o concurrir a la escuela. Su compañía era doña Rosario, que lo cuidaba y lo atendía con remedios caseros usando hierbas aromáticas de la zona.



De la casa del Che se sale como se sale de un lugar de culto o de meditación. 
¡Qué frágil y qué enorme puede ser un hombre! ¡Qué gigante cuando encuentra un llamado y una pasión!



Para más información visitar esta página web: