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jueves, 28 de septiembre de 2017

Diario de viaje: Marsella, Francia

El azul del mar

Marsella es la tercera ciudad más grande de Francia, por lo tanto pretender conocerla en un día era una empresa imposible. Por eso, ese jueves soleado de otoño, paseamos por el Puerto Viejo, nos tomamos un barquito hacia el Parque Nacional Les Calanques y conocimos el Castillo de If, lugar escogido por Alejandro Dumas para su famosa novela El conde de Montecristo. Esta es una interesantísima fortaleza edificada en 1529, devenida luego prisión del Estado, pero sobre todo convertida en lugar legendario donde Edmond Dantès, el conde de Montecriscto fue encarcelado. Allí se puede visitar la celda de este personaje de ficción que fue a visitar el mísmisimo autor. Cuentan que la guía entusiasmada le narró al grupo cada detalle de la huida de Dantès que el autor escuchó con interés y sorpresa. Cuando terminó su relato, con respeto, Dumas le dio la mano a la guía y se presentó: -Yo soy Alejandro Dumas.

El castillo de If no sólo fue escenario del primer best seller de la historia de la literatura sino que también albergó entre sus muros al primer rinoceronte visto en Europa, un regalo ofrecido por el rey de Portugal al Papa León X.

Vale la pena, entonces, hacer el viaje en barco, pasear por el castillo, tomarse un cafecito o un refresco en la isla mientras se espera el barco que nos lleva de regreso al Puerto Viejo y luego caminar y caminar por los alrededores del puerto, en el que aparecen edificios de gran calidad arquitectónica e histórica.
Nosotros llegamos hasta el nuevo barrio Euroméditerranée, en el que han reciclado antiguos depósitos del siglo XIX, hasta llegar a Las Terrases du Port, moderno y sofisticado centro comercial con una hermosa panorámica del mar y de Marsella.

Aquí van algunas fotos de ese paseo.
































lunes, 25 de septiembre de 2017

Diario de viaje: Aix en Provence, Francia en 20 fotos

Elegancia, serenidad y distinción 


Aix en Provence, el lugar ideal para asentarse unos días, recorrer sus distinguidos boulevares, sus callecitas, sus museos y pasear por su distinguido centro comercial.
Comprar la baguette diaria, tomarse un aperitivo en alguna de las terrazas del Cours Mirabeau o simplemente perderse entre esas construcciones de infinitos tonos que van del ocre al arena con ventanas grises que no se avergüenzan de estar descacaradas, porque el paso del tiempo ennoblece y otorga belleza.
No hay carteles ostentosos, no hay ruido, no hay contaminación. Las horas pasan plácidas en Aix en Provence.
Desde la estación de buses o Gare Routière, bien céntrica, es posible ir a pasear a otros hermosos lugares de los alrededores.
Aquí está la ciudad de las fuentes, corazón de la Provenza, hermosa en otoño, retratada en estas 20 fotos:
































miércoles, 20 de septiembre de 2017

Diario de viaje: Arlés

15 meses para Van Gogh, un día para los viajeros

Y salimos bien temprano tras las huellas de Van Gogh a buscar los lugares que el pintor inmortalizó en sus pinturas de su época más conocida y admirada, cuando en medio de tanto dolor y soledad, él encontró la belleza. 

Pero a poco de caminar por las adorables callecitas, encontramos una baldosa de bronce con la imagen del pintor y su sombra. Entramos al Espacio Van Gogh, viejo edificio del Hospital adonde acudió para que lo curaran cuando se cortó la oreja. Allí estaba el jardín conocido, pero no estaba él. Porque, como dijo Daniel, Vincent está en sus cuadros, ese es el único viaje para encontrarlo.


Salimos, entonces, decepcionados de la falta de intención y calidad museográfica para un lugar de tanto interés cultural en relación al pintor más famoso del mundo y nos olvidamos de seguir su senda para ver Arlés con nuestros propios ojos.

Arlés es una villa francesa atravesada por la historia: el arte romano, lo románico, lo gótico, lo medieval y lo profundamente provenzal. El río Ródano y las callecitas amorosas, con sus comercios, sus restaurantes, su casas de ventanas de colores.

Así pasamos este día de sol del otoño de la Provenza, en Arlés, a solo una hora y media de Aix en Provence.

Las imágenes expresan mi mirada, la mía, no la del amado pintor, por lo tanto. 
Aquí van:



Iglesia de Saint-Trophime
Vitraux de Saint-Trophime


Hotel de Ville

Los Criptopórticos el Foro Romano


Hotel de Ville y Obelisco Plaza Principal
Arte románico en el Claustro de Saint-Trophime

Ala gótica del Claustro de Saint-Trophime
Claustro de Saint-Trophime
Claustro de Saint-Trophime
Claustro de Saint-Trophime
Claustro de Saint-Trophime
Claustro de Saint-Trophime
Niels Ackermann y Sébastien Gobert, Looking for Lenin (Exposición)

Niels Ackermann y Sébastien Gobert, Looking for Lenin (Exposición)




El río Ródano

Afiche callejero
Garfitti
Intercambio de libros en la calle
Mueblecito con lanas en la calle

Museo Réattu de Fotografía (exterior)

Museo Réattu de Fotografía
Museo Réattu de Fotografía
Museo Réattu de Fotografía
Miró en el Museo Réattu de Fotografía





Anfiteatro o Arena de Arlés
Anfiteatro o Arena de Arlés
Anfiteatro o Arena de Arlés

El Teatro Romano
El Teatro Romano
El Teatro Romano
Detalle de la fuente
Pensador moderno en los jardines de la Ville
Yo en Arlés