“Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre. Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare”, Jorge Luis Borges, "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius"
Le prestó el cuerpo y la voz a San Martín y a Martín Fierro. Al Erdosain de Los siete locos y al Juan Carlos Etchepare de Boquitas Pintadas.
Fue el príncipe azul de la "La vendedora de fantasías" con Mirtha Legrand y el compañero de Norma Aleandro en "Escenas de la vida conyugal".
Fue Otelo, Hamlet, Macbeth, Ricardo III, Rey Lear y entonces fue Shakespeare... fue también Willy Loman en La muerte de un viajante y Eddie Carbone en Panorama desde el puente y entonces fue Arthur Miller...
Y fue mucho más, encarnó en cine y en teatro los protagónicos que cualquier actor ni siquiera se atrevería a soñar.
Fue el príncipe azul de la "La vendedora de fantasías" con Mirtha Legrand y el compañero de Norma Aleandro en "Escenas de la vida conyugal".
Fue Otelo, Hamlet, Macbeth, Ricardo III, Rey Lear y entonces fue Shakespeare... fue también Willy Loman en La muerte de un viajante y Eddie Carbone en Panorama desde el puente y entonces fue Arthur Miller...
Y fue mucho más, encarnó en cine y en teatro los protagónicos que cualquier actor ni siquiera se atrevería a soñar.
Fue Dios en televisión para Adrián Suar y el Satanás más melancólico y entrañable nacido de la imaginación de Leonardo Favio.
Fue un gran amigo, un ser tímido, sensible y vulnerable, un ciudadano con un gran coraje civil.
Fue un ser anónimo que podía caminar tranquilo por la calle y de cuya vida privada se sabía poco y nada. Quizás algo de su infancia de hijo único de madre viuda.
Se atrevió a la tragedia y a la comedia. A los autores clásicos y a los autores vanguardistas.
En 84 años vivió todas las vidas posibles a través de su "oficio" de actor.
No me parece casual que un hombre como él muriera como todo hombre de bien se merece morir: en su casa, rodeado por el amor de sus amigos, todos compañeros de sus últimos trabajos.
Tampoco es casual que su último personaje haya sido elegido por él, Hamm, el viejo amo que está ciego de Final de partida de Samuel Beckett. "Endgame", el final cuando quedan pocas piezas en el tablero y Alcón se la jugó sobre un tablado.
Fue un gran amigo, un ser tímido, sensible y vulnerable, un ciudadano con un gran coraje civil.
Fue un ser anónimo que podía caminar tranquilo por la calle y de cuya vida privada se sabía poco y nada. Quizás algo de su infancia de hijo único de madre viuda.
Se atrevió a la tragedia y a la comedia. A los autores clásicos y a los autores vanguardistas.
En 84 años vivió todas las vidas posibles a través de su "oficio" de actor.
No me parece casual que un hombre como él muriera como todo hombre de bien se merece morir: en su casa, rodeado por el amor de sus amigos, todos compañeros de sus últimos trabajos.
Tampoco es casual que su último personaje haya sido elegido por él, Hamm, el viejo amo que está ciego de Final de partida de Samuel Beckett. "Endgame", el final cuando quedan pocas piezas en el tablero y Alcón se la jugó sobre un tablado.
Cuando J.L.Borges habla del panteísmo- "un hombre es todos los hombres"- piensa en Shakespeare. Hoy que pienso en Alfredo Alcón, no puedo dejar de pensar en Borges, y en Shakespeare y en Dios...
Mi flor blanca para él, en Razón del Gusto, es esta hermosa canción que pertenece a un disco maravilloso grabado por Charly García y Pedro Aznar en el año 91. Con increíble sensibilidad, en diferentes temas dejaron registro de las voces de tres grandes que ya no están: Sandro, Jorge Luz y Alcón.
En "30 denarios", Alfredo Alcón le presta la voz al Cristo de la Pasión. Esa voz enorme y llena de matices que recordaremos por siempre.
En "30 denarios", Alfredo Alcón le presta la voz al Cristo de la Pasión. Esa voz enorme y llena de matices que recordaremos por siempre.
that you don´t already have?
What do you want from me
that you don´t already have?
What do you want from me
What do you want from me
What do you want from me
that you don´t already have?
Cuando el agua sea más clara
todo se resolverá.
Cuando llegue la mañana
ya no podrás dormir.
A la mesa verdadera
que el milagro es compartir.
Entre hermanas entre hermanos
podrás confiar
que a nadie tendrás que traicionar.
En la tierra en que no crece
nada de nada.
En el árbol que está seco
hay una flor.
Algo cambió, hay un fulgor.
¿Qué quieren más de mí?
¿Qué es lo que quieren más de mí?
Podrás confiar
que a nadie tendrás que traicionar.
Nadie sabe que la historia
fue mal contada
y que el beso de la muerte fue por amor
fue por amor
¿Qué es lo que quieren más de mí?
Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
¿Soy acaso un ladrón, para que vengan con espadas y palos?
Todos los días estaba con ustedes
en el Templo y no me arrestaron.
Pero esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas
Dos mil años de silencio
fueron bastante.
Dos mil años de martirio en la oscuridad.
Es la verdad. Es la verdad.
¿Qué quieren más de mí?
¿Que quieren más de mi?
¿Qué es lo que quieren más de mí?
Señor, qué numerosos son mis adversarios,
cuántos los que se levantan contra mí.
Cuántos los que me dicen
Dios ya no quiere salvarlo.
Yo me acuesto y me duermo,
y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene.
No temo a la multitud innumerable apostada
contra mí por todas partes.
¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, Dios mio!
Y ustedes, señores,
¿hasta cuando ultrajarán al que es mi Gloria
buscarán lo engañoso y amarán lo que es falso?