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lunes, 14 de enero de 2013

Un nombre y una canción



A  Celeste, mi hermana


Hoy, en la sección Canciones del alma, quiso salir solita una canción que sonaba en la radio hace treinta años y que instaló un modo de cantar en el rock. El de una chica de sonrisa amplia, con la guitarra acústica y toda la frescura: Celeste Carballo.
Querido Coronel Pringles es una de las inolvidables canciones del primer álbum de Celeste Carballo " Me vuelvo cada día más loca". Pero esta canción hoy vino a mí, no tanto por su letra ni su melodía sino porque esta relacionada a un momento muy importante de mi vida familiar.







Corría el año 1983, y ya se respiraba el aire de la democracia. Recuerdo como si fuera ayer a mi mamá que después de cerrar el negocio me dijo que tenía turno con la ginecóloga. "Creo que ya empecé con la menopausia", me dijo. Tenía 46 años, y ella, siempre tan regular estaba con un atraso de más de dos meses.
Dicen que no existen las casualidades, yo no puedo asegurarlo, porque mi vida está plagada de ellas. Esa noche, en "La aventura del Hombre", un programa que pasaban por canal 13, repantigada en el sillón de cuerina verde del living de mi casa, mientras esperaba a mi mamá un documental sobre el origen de la vida, el embarazo, el nacimiento. Imágenes muy fuertes, muy potentes, muy nuevas para esa época anterior a las ecografías... Yo estaba muy conmovida, muy impactada... En eso, antes de terminar, mi mamá entró con una cara que no voy a olvidar nunca, mezcla de estupor, de alegría, de picardía... una cara que le duró varios meses... " Estoy embarazada", me dijo a mí, la hija mayor de 25 años cumplidos.
Desde ese día, se revolucionó la familia, fue un embarazo "compartido", por eso las tres mujeres de la familia habíamos decidido el nombre, si era nena se llamaría Bárbara.  Y el día llegó, por suerte fue un 12 de octubre, un día feriado y estábamos con mi otra hermana. Mi mamá empezó a frotarse la cintura y dijo "creo que así eran las contracciones pero no me acuerdo". A partir de allí todo fue un rápido torbellino: bolso, hospital, sala de espera, nervios, miedo, hasta que la partera salió y nos dijo: "Es una nena". 
Cuando la vimos, tan chiquita, tan hermosa y delicada, pensamos enseguida que nuestra hermanita no tenía cara de Bárbara... se llamaría Celeste, como Celeste Carballo, por "Querido Coronel Pringles", el hit que mi mamá cantaba siempre cuando lavaba la ropa y que nos acompañó en la radio durante todo el embarazo. 
Y así  pasaron los años, y en el ´88 fui a ver con Daniel un recital de Sandra y Celeste en Villa Gesell. A la salida la esperé y le entregué una cartita que le contaba esta historia. Nunca pensé que a los pocos días me llegaría la respuesta, escrita con tinta azul sobre un papel celeste con la otra historia, la de su nombre. La encontré el otro día, y la transcribo:



                                                                                                                   Enero 88

Hola Liliana y Dany: 
                                    Yo sí que pasé por un año los treinta y tenemos las mismas rayas y cruces en la historia colectiva que nos corresponde; es como ser de la misma familia sin conocer nuestros lejanos nombres y nuestros apellidos extranjeros. Cuando yo estaba por nacer mi vieja leía grandes libracos, novelas dramáticas rusas o inglesas. Alguien se llamaba Celeste. Era la "protagonista" de la historia de amor. Y la sra. Elisa pensó que la 8va sería La Protagonista de su película de la última parte de la vida, la segunda mitad, ella tenía 45 en ese momento. Y así es. Ahora ella lleva 76 y sigue lavando los platos mientras escucha "Con la misma sangre", su canción favorita de mi segundo disco, que no fue famoso como el 1ro.  Como la realidad supera siempre nuestra imaginación, yo seguiré haciendo canciones que hablen así de fácil. Con la vida. 
                                           Les mando un beso grande.
                                           Gracias por el amor.
                                            Chau. Celeste


Hoy "mi" Celeste es una gran mujer de casi 30 años, madre de dos hijos. No podría haberse llamado de otro modo. Es la Cele, nuestra Cele. Para ella,  esta canción y esta historia.


2 comentarios:

  1. Preciosa crónica de "las Celestes" (y qué linda "tu Cele"!).
    Todo el clima - y el sonido- de una época (cuántos habremos entonado estas estrofas en reuniones de amigos, en la playa, en casa, en un estadio...).

    Lindo relato y lindos recuerdos, Eleonora.

    Cariños
    ps: Celeste, Fabi Cantilo e Hilda Lizarazu son, para mí, las mejores voces femeninas de nuestro rock.

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  2. Gracias, Betina, por tus palabras que completan el retrato de una época maravillosa por tantos motivos, personales y colectivos.
    Sí, tenés razón, estas tres rockeras nuestras la rompen, tan distintas entre sí y tan únicas!

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