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miércoles, 13 de marzo de 2013

Habemus Papam, Nanni Moretti

Cuando el cine es una avant première de la realidad


"Me siento como Buñuel: soy ateo gracias a Dios"
Nanni Moretti


Soy una "chica" del siglo XX y en mi un poco más que medio siglo he sido testigo de fenómenos asombrosos, que desafían cualquier predicción de Nostradamus o códice maya.
He visto derrumbarse el Muro de Berlín, caer las Torres Gemelas, el segundo mandato de un presidente negro en el país más racista del mundo, el matrimonio igualitario en mi país, la renuncia de un Papa y la elección de otro, un argentino que estaba muy abajo entre los favoritos y sin embargo hoy salió a saludar urbi et orbi desde el balcón de San Pedro...

El estupor de la noticia trajo a mi mente esta película de Nanni Moretti, estrenada en el 2011 en la que con su habitual irreverencia, se inmiscuye en el cónclave y desarma todos los protocolos.
“Que no me toque a mí, que no me toque a mí...” , es la voz de las conciencia de todo los cardenales reunidos. Allí también está el cardenal Melville, protagonizado por un Michel Piccoli adorable. Él está tranquilo porque no está en la lista de favoritos. Sin embargo, sorpresivamente resulta elegido Papa, y por lo tanto la fiumata blanca y el necesario saludo a la multitud que espera ansiosa en la plaza. Pero Melville sufre un espantoso ataque de pánico, una crisis que brota de sus entrañas en un grito estremecedor.




Es entonces cuando el vocero papal, decide recurrir a un psicoanalista, interpretado nada más y nada menos que por el mismísimo Moretti. El terapeuta deberá internarse con el resto de los cardenales del cónclave, no estará autorizado a entrevistar a solas a su importante paciente y  se las verá negras para practicar el psicoanálisis con todas las restricciones que le imponen: nada de preguntas acerca del sexo, ni de los traumas de la infancia, ni de la madre de su Santidad...




Un film humano, con toques de fino humorismo y aguda reflexión sobre el poder, la responsabilidad y la libertad humana.
Si no vieron esta película cuando se estrenó hace dos años, no se la pierdan. Les va a parecer increíble como Moretti ficcionalizó la renuncia de un Papa, adelantándose a la decisión de Benedicto.
 ¿No habrá también profetizado la llegada de un Papa argentino con la elección de la canción "Todo cambia" cantada por la Negra Sosa que cierra la película? Increíble... no? 

De yapa, el video con el fragmento final y la canción, en castellano en una película italiana... por si no me creen...




  

8 comentarios:

  1. Un relato de anticipación! :)
    Otra peli que dejé pasar porque el tema no me resultaba atractivo. Hace mucho oigo hablar del cine de N. Moretti, del que solo vi La habitación del hijo (me gustó muchísimo); ahora, tu comentario me da ganas de ver esta comedia que me recordó a Analízame, por las sesiones de análisis poco ortodoxas, desopilantes. Además, no deja de resultar atractivo su costado "profético".

    La caminata de Piccoli me recordó a la elección que hace el ángel en Las alas del deseo, cuando renuncia a los privilegios celestiales y elige andar en la Tierra, como un hombre más.

    La voz de la Negra, sin dudas, es una experiencia religiosa.






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  2. A mí me encantó esta película, Betina.
    Y el dilema del Papa, es la de cualquiera con vocación de servicio, que en algún momento de su vida se siente demasiado pesado con todas las cargas que las "bien intencionadas" miradas de los demás cargan sobre él.
    La comparación con el ángel de Las alas del deseo es muy acertada. Muy intuitiva, Betina!
    La canción final, apareció de sorpresa en el cine y como te imaginarás me emocionó muchísimo... Por eso me acordé enseguida, ayer, cuando volviendo a casa escuché la insólita noticia del Papa argentino.

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  3. otra película que confirma que el arte siempre se adelanta, y supera ampliamente a la realidad...pensemos en Metrópolis, o en Bradbury con sus pantallas virtuales hace 30 años o tantos más... esta película fue en cierto modo una profecía maravillosa.

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    1. Sí, Daniel, una película que desenmascara los vetustos protocolos de una institución que se quedó en el tiempo. Pero lo hace desde el humor, la ironía y por qué no, cierta ternura.
      Y la inclusión de la canción Todo cambia, como sonido intradiegético es maravillosa!

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  4. Casualmente comentaba esto mismo hace unos días con amigos. Recuerdo que fui a ver esta película a Capital porque, como de costumbre, acá no la daban. No podría decir que me encantó, la verdad es que me resultó un tanto despareja, pero sí es verdad que tiene momentos inolvidables como los que vos bien nombrás o como el desopilante "mundial" de vóley que organiza el psicólogo para los cardenales.
    Creo que la mirada "condescendiente" del director con respecto a estos sacerdotes que no llegan porque sí a estas instancias no le quita méritos a esa mirada tan humana que nos brinda sobre quienes tienen que enfrentarse a la responsabilidad de tanto poder.

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    1. Hola, Laura! Gracias por pasar.
      Sí, yo también tuve que verla especialmente en La Plata. Vengo siguiendo a Moretti desde Aprile y Caro Diario, dos películas en las que la ficción y la autobiografía se funden. Verlo en Habemus Papam encarnando a ese psicoanalista agnóstico me encantó.
      Moretti creo que no quiere cargar las tintas en la crítica a la institución sino más bien reflexionar sobre la vocación, la responsabilidad y eso que los demás ven en nosotros. Yo estaba en plena crisis vital con mi cargo de coordinadora de Servicio Comunitario, y la película me ayudó. La sentí hecha para mí.
      Ahora en este contexto volví a ella desde otro lugar, y esas curiosas coincidencias con la realidad inspiraron esta entrada.
      Vos hablás de la mirada condescendiente del director y no sos la única, pero él salió a refutar que esta no es una película política como "El caimán" (en la que critica a Berlusconi) sino la película que él quería hacer. Además no pudo filmarla en el Vaticano, ya que no contaba con su apoyo, sino que usó el Palacio Farnese, que es la sede de la embajada francesa en Roma y la capilla Sixtina es un decorado de los estudios Cinecittá.
      Bueno,y la próxima en vez de escribir tanto te invito a tomar un café, ja, ja... Un abrazo

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  5. Me gusta mucho la historia de Habemus Papam, porque a pesar de tratarse de una cinta que refleja a la iglesia católica, me gustó el trabajo de Michel Piccoli al interpretar el personaje del Papa elegido que no se siente seguro del llevar el cargo, mostrando más su lado humano, más cintas como estas hacen falta.

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    1. Gracias, por tu comentario Daniela. Yo volví a esta película por las coincidencias con el Papa Francisco, hasta la canción de Mercedes Sosa. Saludos.

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