La cueva de los sueños olvidados, estrenada en Argentina solamente en 10 salas, podría ser un documental de divulgación científica, si no fuera por el pequeño detalle de que está dirigido por Werner Herzog, el gran explorador del cine alemán.
Es Herzog quien con sus jóvenes 70 años nos guía con su voz en off, en un inglés marcado por el acento germánico, en este viaje a la prehistoria. El director obtuvo el raro privilegio de ser la única cámara cinematográfica que el gobierno francés autorizó a filmar en las Cuevas de Chauvet, descubiertas por un grupo de científicos en 1994 y que contienen pinturas rupestres, en un impecable estado de conservación. Es como si ayer y no entre 30.000 y 40.000 años atrás, con unas simples carbonillas, esos verdaderos artistas hubieran dibujado con trazos certeros sobre los rugosos muros. El derrumbe de unas piedras sellaron herméticamente la cueva y permitieron ese perfecto estado de conservación hasta nuestros días.
Con un equipo de 4 técnicos, una cámara 3 D y algunas lámparas de luz fría, Herzog tuvo el permiso de entrar junto a los científicos que una vez por año, durante menos de una semana, sacan muestras para continuar con los prodigiosos estudios de cada disciplina. Parecen expedicionarios de un viaje a la Luna, por la solemnidad con que se abre esa verdadera cápsula del tiempo. Aunque parezca mentira, son más los hombres que pisaron la luna que los que hasta ahora entraron a la Cueva de Chauvet, extremadamente protegida para evitar que el turismo indiscriminado destruya su frágil equilibrio (como lamentablemente ha pasado con las cuevas de Altamira y Lascaux).
La cámara-ojo de Herzog y su voz nos conducen por la oscuridad sorprendiéndonos con la belleza que aparece en las paredes: caballos, búfalos, leones, tallados y dibujados sobre la roca; estalactitas y estalagmitas formadas en miles de años por gotas insistentes. En estos momentos, la utilización de la experiencia 3D es un verdadero hallazgo. En mi caso es la primera vez que me olvido de los molestos anteojos y me dejo seducir por la ilusión de volumen, hasta me encontré a mí misma moviendo la cabeza como cuando trato de mirar los distintos lados de una escultura...
Pero no sólo las imágenes sino las jugosas entrevistas que Herzog realiza a los científicos hacen que este documental no sea como cualquier otro. Detrás de cada profesional, el cineasta logra rescatar al hombre y al artista, es así como encuentra a un joven arqueólogo que años atrás había sido malabarista en un circo, y que confiesa que la primera vez que entró a la cueva, tuvo aterradoras pesadillas con leones pintados y vivos durante muchos días; otro científico, que fue perfumista en el pasado, se jacta de su olfato infalible para descubrir una cueva en la montaña. Pero sin dudas, el que parece un personaje extraído de alguna de las ficciones del maestro alemán es el excéntrico antropólogo vestido con un traje de piel de antílope, confeccionado con sus manos para emular las vestimentas que seguramente habrán usado los humanos para vivir entre los glaciares. Muestra a la cámara una diminuta flauta encontrada en la cueva, hecha con un hueso de buitre y toca con ironía el himno de la bandera de las barras y las estrellas para demostrar que en el paleolítico ya se usaba la escala pentatónica.
Las preguntas de Herzog son viscerales: ¿Con qué soñaban estos hombres de la era del hielo?, ¿Por qué tallaban figurillas en marfil o dibujaban en la roca?
La respuesta final que le da uno de los científicos es contundente: esos hombres querían dejar huellas para la posteridad. Hace más de 30.000 años hacían lo mismo que hoy Herzog hace con su cámara 3D de última tecnología: salvar la belleza del mundo para los hombres que vendrán.
Como siempre, impresionante tu crónica... y que agregar no?
ResponderEliminarMientras veía la película no podía de dejar de evocar las obras de Picasso, Chagall , incluso el dinamismo de las abstracciones de Kandinsky. Asombroso encuentro entre la primera imagen del mundo y la última tecnología del cine 3D.
En síntesis, Que modernos aquellos primitivos !!
¡Gracias, Dani! Es cierto lo que decís, los dibujos de la cueva son tan modernos, tan cercanos... Herzog dice que a él le impresionan como fotogramas porque la repetición expresa movimiento.
EliminarEspero enconrarla, tengo un buen lugar cerca del taller, donde quizás la consiga en idioma original,apenas la vea te cuento. muy agradecida por tus consideraciones cinéfilas.
ResponderEliminarAqui se estrenó la última de Wenders, "PINA". un hermoso trabajo de respeto y homenaje a la obra de Pina Bausch. Besotes.