Visitas al blog

lunes, 9 de enero de 2012

María Elena Walsh (1 de febrero de1930-10 de enero de 2011)

 La guardiana del reino del revés

Ella entró a mi vida cuando, en primer grado, la maestra de música nos enseñó "Manuelita la tortuga". Volví a mi casa y la canté de cabo a rabo y mi mamá lloró y me abrazó. Dentro de mi corazón se abrió una puerta a la poesía, yo sé que fue ese el momento, lo puedo jurar.
Desde entonces, los libros y las canciones de María Elena alumbraron mi infancia. Recuerdo cuando los Reyes Magos dejaron sobre mis zapatos "Dailan Kifki", mi primera "novela larga", dedicada especialmente para mí en la portada por la autora. Durante el tiempo que me duró la inocencia contemplé con veneración la firma preguntándome cómo habrían hecho estos reyes lejanos para conseguir el preciado trofeo. Más tarde comprendí con ternura que mi madre había hecho una larga cola en la Librería Ramos y ahora que soy grande comprendo cuánto me conocía.


 Recomiendo la lectura de la hermosa biografía "Como la cigarra" de Sergio Pujol, recientemente reeditada por Emecé. Comparto un fragmento del último capítulo, "Borrador de testamento":
"Desde 2005, cuando con Sara hicieron el último viaje a Europa, una osteoporosis galopante la venía atormentando día tras día. "La dicha reside en que uno se va desprendiendo de ciertas responsabilidades, de ciertas presiones, de ciertas angustias", le explicaba a Patricio Lennard en 2008 en una entrevista para Página/12. "Y el infortunio es la semiinmovilidad, en mi caso, que es lo que me tiene más loca, y también el dolor. El dolor físico es terrible" (...)
Y cerraba con la siguiente reflexión: "Creo que lo póstumo, si uno lo piensa en función de su propia posteridad, es una especie de chiste. Pero en otro sentido pienso que es una palabra simpática, porque hay mucha obra póstuma por la que hemos conocido a grandes autores o artistas. No sé... Quizás es una palabra que a esta altura debería estudiar un poco."
Nunca sabremos si María Elena Walsh tuvo el tiempo suficiente para estudiar los alcances de la palabra póstumo. La muerte la encontró el 10 de enero de 2011, en una cama del Sanatorio de La Trinidad de la Ciudad de Buenos Aires, a donde había ido a parar a causa de una descompensación. (...) La velaron en el edificio de Sadaic (...) Por el edificio de la sociedad autoral pasaron a despedirla cientos de personas, acaso en representación de los millones que la habían escuchado y leído en la infancia, y después también. Desde la maestra anónima hasta la Presidenta de la Nación, todos y todas estaban en deuda con María Elena. (...)
Pocos creadores argentinos gozaron de una aprobación tan extendida en el tiempo. (...) Pocos, si acaso alguno, lograron entrar al canon de la cultura argentina tan velozmente, con una contundencia popular sólo comparable al carácter transgresivo de la obra en cuestión. (...) Fue así que, desde su irrupción en la poesía a fines de los 40, María Elena mantuvo un alto nivel de protagonismo en la vida cultural argentina a lo largo de prácticamente cinco décadas."


A un año de su muerte quiero recordarla más viva que nunca en la reedición de todos sus libros y sus discos que han sido y seguirán siendo la puerta de entrada a la imaginación y a la poesía.

2 comentarios:

  1. Que mujer María Elena... recuerdo sus canciones folklóricas para cebollitas, el reino del revés, el jacarandá... sus canciones son cinematográficas, uno mientras las canta o escucha no puede eludir la presencia de esas imágenes poéticas.
    Recuerdo ahora "Los ejecutivos"de MEW "Hay que vivos son los ejecutivos, del sillón al avión , del avión al sillón, siempre tienen razón y además tienen la sartén... la sartén por el mango y el mango también ".
    El blog está imperdible...

    ResponderEliminar
  2. María Elena Walsh fue una compañera de juegos para mí y, como para vos, uno de mis primeros encuentros con la poesía, cuando todavía no entendía muy bien de qué hablábamos cuando hablábamos de poesía, cuando todavía era ese sonido sin sentido, esa experiencia previa a la razón, lo lúdico en el lenguaje y en la piel... Todavía hoy, encuentro a la niña que fui y que sigo siendo en más de un lugar de mi ser, cuando escucho/leo a la Walsh...

    ResponderEliminar