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lunes, 16 de enero de 2012

Librería El Ateneo Grand Splendid

Función de gala para los libros


Una tarde de verano en Buenos Aires con 35 grados a la sombra puede ser una excelente excusa para pasarse unas horas en esta librería, la segunda más bella del mundo según el diario británico The Guardian.


En la Avenida Santa Fe, a pasos de Callao, la enorme puerta del que ha sido el lujoso teatro y luego cine Grand Splendid, nos recibe con sus pilas de libros ordenados en los anaqueles coquetamente instalados en lo que fuera el foyer, la platea y los palcos del teatro. Agota perderse en ese laberinto y mucho más tratar de ir con la idea de buscar un libro en especial. Recomiendo vagar por los pasillos y dejarse "encontrar" por un libro para mirar, para ojear/hojear, para leer... Nadie allí prohibe tocar los volúmenes ni llevárselos para disfrutar en alguno de los tantos cómodos sillones repartidos en los varios pisos.
Pero lo mágico es instalarse en la confitería diseñada en al antiguo escenario. La vista desde allí es muy impresionante, todas esas luces, todo ese movimiento...Permanecen intactas las bambalinas y las parrillas en el techo y allí uno puede comprender lo que deben sentir los artistas cuando se abre el telón. Es difícil concentrarse en el libro elegido porque alrededor se oyen los distintos idiomas de esta torre de Babel, cientos de turistas que vienen de lejos a conocer esta maravilla.
Tantas veces había entrado a "comprar" pero esta vez, en la que estaba sin apuro y con ojos nuevos de viajera, comprendí que es un lugar hermoso y generoso de nuestra querida Buenos Aires.



4 comentarios:

  1. Yo te leo mientras atravieso en el Tram la ciudad de Turin, estamos a 5 grados bajo cero y te pienso rodeada por esa calida torre de babel. Vaya un fuerte abrazo y buena lectura.

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  2. Coincido con tu crónica Eleonora, un hermoso lugar arrebatado a los predicadores del S XXI, evangelistas o como se llamen.
    Tomar un café behind the scene es algo mágico realmente.
    La gente puede estar días enteros en esa librería leyendo cómodamente en los sillones sobre lo que quiera sin que nadie lo moleste.Incluso hay sanitarios y kioscos cerca para alimentarse frugalmente !

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    Respuestas
    1. ¡Qué lindo contraste, Laura! La tecnología permite esos milagros... Vos leyendo mi blog en un tranvía que atraviesa una ciudad helada. ¡Hermoso!
      En cuanto a tu comentario, Dani, es desopilante. El embrión de una novela, émula de "Firmin" la historia del ratoncito que nace en una librería de antigüedades y que pasa toda su vida allí. Me imagino a un hombrecito pequeño, casi invisible, que pase sus días y sus noches viajando por el mundo a través de las guías de turismo; y, al pasado, metido de cabeza en tantas novelas de históricas y libros de historia. Actualidad, libros de autoayuda, jardinería, economía... un verdadero aleph. Y es cierto, hay baños buenos allí y si organiza bien podría comer de las sobras del restaurant!!! Gracias por tus comentarios que siempre completan los míos, con mucho más humor por supuesto!!!

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    2. Gracias a usted My Lady

      y todo ese "Insieme" como se diría acá, reorganiza el pasado y la proyeccion del futuro.
      y le da vigor al presente.
      Nuestro eterno presente.
      Ya es parte de mi cotidianeidad, salgo de casa, tomo un delicioso café en le bar que prepara mi amiga croata, camino hacia la hilera de arboles helados del boulebrasd y subo al tram. Allí enciendo el smart phone y veo que delicias traes, me estás mal acostumbrando con tango buen gusto.
      Abrazo inmenso y agradecido.

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