A Daniel, con quien comparto este amor...
"Juguemos a que existe alguna manera de atravesar el espejo;
juguemos a que el cristal se hace blando como si fuera una gasa
de forma que pudiéramos pasar a través de él. ¡¿Pero cómo?!
Lewis Carroll, "A través del espejo"
A través del espejo y lo que Renata encontró al otro lado...
Descubrí a Renata, allá por 1984... Ella empezaba a ser muy, muy famosa y un día me topé con su foto en la tapa de La Revista de La Nación. Fue como mirarme en el espejo, el mismo corte de pelo, los mismos ojos claros un poco tristes. Ella no usaba todavía el cabello color fuego, yo no estaba tan "rubia"... Esa semana mucha gente me marcó el parecido y se profundizó en mí esa mezcla de estremecimiento, curiosidad e identificación que produce nuestra imagen duplicada.
Desde entonces, Renata me lleva de la mano a ese otro mundo que se encuentra detrás de los espejos. Allí existen familias de artistas hermanadas por mínimos bonetes; eternas bañistas que visten vestidos del color de la noche, bordados con millones de estrellas; pájaros que aman hacer nidos en los sombreros o en las melenas de las niñas para siempre. Y los animales, cada vez más humanizados; o los hombres, cada vez más bellamente animalizados... hermanados en tiernos abrazos, mirándonos fijamente desde el otro lado, atrayéndonos con todo un mundo de ambigüedad y diversidad.
Me gusta acercarme a sus dibujos y tratar de contar las innumerables hebras de los cabellos, el volumen de los pómulos o las suaves ojeras insinuadas por millones de puntitos. Me detengo en las finas manitos de sus bebés cachorros; en los espléndidos pliegues de las ropas; en los labios siempre rojos, esas "boquitas pintadas" que marcan el eterno femenino.
Renata es una gran artista. Y como todos los grandes, dedica la vida a lo que ama: el arte. El mundo del teatro y de la danza tiene en ella una exquisita e inconfundible vestuarista; las artes plásticas argentinas miman a esta creadora de imágenes perturbadoras. Ha llegado al Museo Nacional, al Centro Recoleta con mega instalaciones del más alto nivel internacional y ha expuesto también en lugares íntimos y exclusivos como en su última exposición en la Av. Callao. Todo con la más absoluta sencillez, porque para ella la felicidad se trata de pintar, dibujar y crear. De esa continua epifanía, de ese estado de gracia nace la belleza gozosa que transmite toda su obra.
Eleonora, "la otra Renata", gracias por la dedicatoria de esta crónica que viniendo de vos es doblemente valiosa !
ResponderEliminarY que agregar a tus palabras, sabes que comparto tu admiración y amor por ella y seguramente nos quedan muchos espejos para traspasar, de la mano de Renata...
Conozco la muestra de Renata no porque sea fanática de su trabajo sino porque Fedora, la hermana de Ariel, colaboró con ella en el diseño y Gustavo, su marido, le hizo todas las fotos. Fue una excelente oportunidad para conocer más profundamente su trabajo que sólo conocía de manera superficial y disfruté muchísimo de su arte y de su sensibilidad tan transgresora y tan femenina en su transgresión...
ResponderEliminarMirá vos dónde habías encontrado a tu doble!! jaja!